Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha logrado este jueves el mejor resultado de su historia en unas elecciones autonómicas, aunque los 32 escaños cosechados no han sido suficientes para superar a Junts per Catalunya y Ciudadanos.
Con su presidente y candidato, Oriol Junqueras, en la cárcel, ERC ha conseguido superar los 900.000 votos y un porcentaje del 21,40 por ciento, aunque se queda como tercera fuerza política en el nuevo Parlament.
Este resultado supera por un amplio margen el que hasta ahora había sido su 'tope' en la Cámara autonómica, los 23 escaños conseguidos en las elecciones de 2003 gracias a más de medio millón de votos y un porcentaje del 16,44%. Esa legislatura fue la que derivó en el primer tripartido que aupó a Pasqual Maragall a la Presidencia de la Generalitat tras el acuerdo de los republicanos con PSC e ICV en el conocido 'Pacto del Tinell'.
Esta alianza se reeditó en las elecciones de 2006 pese a la crisis sufrida por el Gobierno de la Generalitat como consecuencia del Estatut, para el que ERC pidió el voto en contra en el referéndum a la ciudadanía, que le costó la pérdida en las urnas de más de 100.000 votos y dos escaños.
Sin embargo, la caída importante de ERC llegó en los comicios de 2010 después de una crisis interna que derivó en la salida de su líder, Josep Lluis Carod-Rovira, y la llegada de Joan Puigcercos como número uno. Entonces se quedó en un porcentaje del 7% y diez diputados.
Tras esto, volvió a remontar en 2012 quedándose cerca del medio millón de votos, un porcentaje del 13,7% y 21 escaños de nuevo, como en 2006. Entonces su candidato ya fue Oriol Junqueras y las listas electorales habían sufrido una importante transformación. Este camino derivó en el pacto con Convergencia en 2015 bajo la candidatura de Junts pel Sí que ha liderado el desafío independentista durante la última legislatura.
ERC se inauguró en las primeras elecciones autonómicas de Cataluña, en 1980, como quinta fuerza del Parlament con un 8,87% de los votos y 14 diputados. Ese porcentaje bajó a la mitad cuatro años después, provocando una crisis interna que acabó con la salida de Heribert Barreda como líder y la llegada de Joan Hortalá. En 1988 los republicanos siguieron bajando en votos aunque recuperaron un escaño.
La recuperación empezó en 1992, cuando volvió al 8 por ciento de los votos con once diputados y Ángel Colom como candidato. El ascenso siguió en 1995 (9,58% y 13 diputados) aunque en 1996 sufrió una nueva crisis y fractura interna tras la que Carod-Rovira y Puigcercos se hicieron con las riendas de la formación.
En las elecciones de 1999 el partido sufrió un ligero retroceso, con doce diputados. Y el gran salto se produjo en las elecciones municipales de 2003, que se confirmó en las autonómicas celebradas seis meses después con el que hasta ahora había sido su mejor resultado en el Parlament.