Apenas cuatro horas ha durado el respaldo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su ministra de Sanidad, Carmen Montón, a quien esta tarde descartaba cesar por las irregularidades conocidas en torno a la obtención de su máster en igualdad de género. Una exclusiva de 'El Independiente' y 'La Sexta', según la cual Montón plagió a otros autores, a los que no citó, en su trabajo fin de máster, precipitó los acontecimientos.
La jornada de este martes comenzaba con otra exclusiva de 'eldiario.es', que tuvo acceso a la ficha de la alumna Montón y comprobó cómo en junio de 2011 tenía al menos una asignatura como no presentada, nota que fue modificaba meses después, en noviembre, ya fuera de plazo por un 5, aprobado. Esa asignatura no aprobada en junio debería haber impedido a Montón presentar su trabajo fin de máster, ya que es requisito haber superado todas las asignaturas.
A primera hora de esta mañana, dirigentes del PSOE daban por descontado el cese de Montón, cuya situación calificaban de insostenible teniendo en cuenta el discurso de regeneración democrática que ha abanderado Sánchez. Sin embargo, en la reunión interna del Grupo Parlamentario Socialista nadie intervino para pedir la dimisión de Montón y la portavoz del Grupo y 'número dos' del partido, Adriana Lastra, salió poco después a respaldar públicamente a la ministra.
Era la primera voz en el PSOE que salía a defender públicamente y de forma tan clara a la ministra, subrayando que ella no tenía responsabilidad alguna sobre las irregularidades que pudieron cometer los organizadores del máster, que impartía el controvertido Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, clausurado tras el caso que conllevó la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes.
Poco después, el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, aseguraba que tanto el PSOE como el Gobierno mantenían su apoyo a Montón porque creían en las explicaciones que estaba dando, pese a que Montón no había despejado todas las dudas, como por ejemplo, cómo pudo superar la mitad de las asignaturas sin haber pisado el aula hasta enero ni haber mantenido contacto con los profesores del máster, más allá de la directora.
De hecho, antes de que hablase Ábalos, todos los ministros a los que la prensa preguntaba por Montón coincidían en evitar entrar a valorar sus explicaciones para justificar que no había cometido ninguna irregularidad con su máster.
Al filo de las 17.00 horas, Sánchez se ratificaba en lo avanzado por el ministro Ábalos y descartaba el cese de Montón: «Está haciendo un gran trabajo y lo va a seguir haciendo». Varios dirigentes socialistas, incluidos algunos miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE, no dudaban en calificar de «error» la decisión de mantener a Montón, que consideraban «inexplicable».
Primero, porque restaba legitimidad a su discurso sobre la regeneración democrática y segundo, porque suponía de modo indirecto echar un capote al presidente del PP, Pablo Casado, cuyo presunto máster fraudulento investiga el Tribunal Supremo.
Sánchez, afirman en su entorno, pecó de buena voluntad y creyó la versión de Montón, a la que no hacía responsable de las irregularidades cometidas por los organizadores del máster. Pero la revelación de que había plagiado parte de su trabajo de fin de máster era más de lo que podía aguantar.