El informe definitivo de autopsia realizado a Julen, el niño de dos años que fue encontrado sin vida 13 días después de caer a un pozo de Totalán (Málaga), señala que el pequeño murió por la caída en el agujero. Además, los forenses descartan que en el fallecimiento incidiera la acción de la piqueta utilizada en las labores de rescate.
Julen cayó el domingo 13 de enero a un pozo de tan sólo 25 centímetros de diámetro y de algo más de 70 metros de profundidad. Su cuerpo fue encontrado a las 01.25 horas de la madrugada del sábado 26 de enero por los equipos de rescate que lo buscaban desde el momento del suceso; y a las 03.29 horas se logró subirlo a la superficie.
Según han indicado fuentes judiciales a Europa Press, los forenses indican que la muerte del pequeño se produjo a las 13.50 horas, a los «pocos minutos» tras la precipitación, y apuntan que la causa del fallecimiento fue por traumatismo craneoencefálico y raquimedular, presentando dos fracturas, una en la zona occipital y otra en la región temporal izquierdo.
Además, los especialistas apuntan que no se trató de una caída libre, sino «frenada» por el rozamiento de la ropa y salientes del pozo, y argumentan en su informe el por qué descartan que la piqueta utilizada en el rescate pudiera causar la muerte --como apunta un informe de la defensa del dueño de la finca, investigado en esta causa--, indicando los forenses, entre otros motivos, que ese objeto se comenzó a usar casi cuatro horas después de la muerte.
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