Los efectos de la crisis del coronavirus se antojan como un torpedo en la línea de la flotación de toda la economía global, aunque a algunos les está ayudando a mejorar sus cifras de forma inesperada y exponencial. Quizás el caso más paradigmático en todo el mundo sea Amazon, cuyos índices en bolsa se han disparado en las últimas fechas así como su volumen de negocio.
Como consecuencia del aumento de su actividad, el gigante del comercio electrónico incorporará a sus filas a casi 200.000 trabajadores en Estados Unidos desde el inicio de la crisis. Además ha anunciado medidas de mejora de las condiciones salariales de sus empleados, derivadas directamente del aumento de la carga de trabajo.
Sin embargo, Amazon se debate entre la decisión de abrir las ventas de productos que no sean básicos y de primera necesidad con la lucha contra el coronavirus de puertas para adentro. Y es que, según reportan los medios norteamericanos, en los centros logísticos de medio país se cuentan por docenas los casos de COVID-19 entre los empleados, y algunas voces vinculan este incremento de enfermedades con la pujanza en la contratación.
Los confinamientos conducen a todas las economías nacionales a una parálisis inusitada, aunque el comercio online sigue pujante y da muestras de una salud de hierro.
Ello se confirma tanto a nivel mundial, europeo y español, así como local, y en Mallorca contamos con buenos ejemplos. Como consecuencia algunas empresas medianas o pequeñas asisten a ver como la actividad de las ventas a través de internet se ha multiplicado por diez o por veinte desde el inicio del impacto económico de la COVID-19 y de las medidas de confinamiento.