La colaboración ciudadana ha permitido salvar a un perro en situación de maltrato. Ha ocurrido en Barcelona, donde la Guàrdia Urbana localizó a un can encerrado en una jaula, sin agua ni comida.
El perro se encontraba en un inmueble y sus constantes ladridos alarmaron al vecindario, que avisó a la policía local de Barcelona, y esta se personó en el lugar, comprobando que las condiciones en las que su amo mantenía al perro contravenían la legalidad, y en concreto las ordenanzas municipales de bienestar animal en la Ciudad Condal.
Los guardias sacaron al perro de su encierro, y le proporcionaron alimento y bebida. Este quedó bajo custodia de los servicios municipales y se incoó denuncia al propietario.