Este martes seis víctimas del aceite de colza se han encerrado en el Museo del Prado para reivindicar que se atiendan sus demandas y que le presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acceda a atenderles. Los afectados han comunicado su acción por redes y amenazan con suicidarse con la ingesta de pastillas en un plazo de seis horas. Pero, ¿Qué es el aceite de colza y cómo se produjo el síndrome tóxico en España por su consumo adulterado?
El aceite de colza, también conocido como aceite de nabina o de canola, se obtiene de la semilla de la colza, una planta perteneciente a la familia de las brasicáceas. Originaria de la India, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando el cultivo de la colza se extendió a gran escala en Europa y España se convirtió en uno de los productores.
Se trata de un producto económico que en España se utiliza para el ámbito industrial y para la exportación. No obstante, hace cuatro décadas provocó la mayor crisis sanitaria por una intoxicación alimentaria en el país debido a la ingesta de aceite de colza adulterado.
El primer caso se detectó en Torrejón de Ardoz en el mes de mayo de 1981. Murieron aproximadamente 5.000 personas y 60.000 sufrieron un envenenamiento, según las cifras recogidas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La causa del envenenamiento masivo fue una partida de garrafas procedentes de Francia, cuyo aceite de colza estaba desnaturalizado con anilina y fue vendido a granel como aceite de oliva en mercadillos a un precio bastante más económico.
La base de los aceites que se vendían fraudulentamente como aceite de oliva estaba formada por «un 60% de aceite de colza desnaturalizado y el resto por aceite de orujo de oliva y en algunos casos por grasas animales», indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en un documento.
Asimismo, «se detectaron la presencia de aminas aromáticas procedentes de anilinas, oleilanilida y acetanilida», añaden. Los expertos destacan que el proceso de refino del aceite de colza desnaturalizado con anilinas sometido a elevadas temperaturas y otros tratamientos aumento la toxicidad de los mismos.
Aproximadamente 20.000 personas siguen con secuelas desde entonces debido a su consumo, un gran porcentaje irreversibles, y desde la plataforma de afectados 'Seguimos viviendo' continúan luchando para que no se olvide este trágico incidente que originó secuelas crónicas en miles de personas.
Un grave problema de salud pública que provocó una saturación en los hospitales. La enfermedad del síndrome tóxico tras su consumo provocaba una neumonía inusual, episodios de hipertensión pulmonar o tromboembolismos. En la fase crónica, este síndrome originó afecciones en el hígado, esclerodermia e hipertensión pulmonar en las personas afectadas.
Esta intoxicación masiva marcó un antes y un después en materia de seguridad alimentaria en España. Las personas afectadas por el síndrome de aceite tóxico (SAT) presentaban mutaciones en el gen NAT2, que es el «responsable del metabolismo de tóxicos químicos», subraya la AESAN.
La enfermedad causada por la toxicidad provocó una «neumonía atípica», aunque la gravedad de los síntomas variaba en cada persona. Asimismo, también provocó manifestaciones cutáneas, afectaciones músculo-esqueléticas, como fibromialgia, fatiga crónica y dolor crónico generalizado, y deformidades articulares.