¿Estás dudando entre ponerte un calentador de gas o un termo eléctrico y no sabes que alternativa escoger? A continuación te presentamos las características principales y las ventajas y desventajas a tener en cuenta de cada una de las dos alternativas, según los expertos. Sigue leyendo para conocer los principales beneficios de los calentadores de gas y de los termos eléctricos y así poder escoger la alternativa más adecuada con las mejores garantías.
Termos eléctricos o calentadores de gas: que opción elegir
Escoger entre un termo eléctrico y un calentador de gas es una decisión bastante complicada, sobre todo si queremos cubrir unas necesidades específicas en nuestro hogar. De esta forma, antes de decidirnos por una u otra opción es importante conocer de primera mano ambas opciones. Los termos eléctricos son bastante más populares, pero los calentadores de gas son también una buena alternativa. Realmente todo dependerá de nuestras necesidades concretas, del tipo de suministro del que dispongamos, de dónde vayamos a ubicar el termo o calentador y de lo que valoremos más a la hora de decantarnos entre una u otra alternativa para nuestro hogar.
En primer lugar, en lo que a termos eléctricos se refiere, es posible encontrar una gran variedad de alternativas diferentes disponibles actualmente en el mercado, tal y como vemos en este artículo especializado. Se trata de un tipo de termos que funcionan mediante la electricidad, con sistemas avanzados para el calentamiento del agua. El termo es concretamente un depósito que se llena de agua corriente y que se calienta.
De esta manera, el calentamiento del termo se produce mediante una señal eléctrica que consigue que el tanque empiece a generar calor. De esta forma, todo el agua se calienta junta y en grandes cantidades. En cuanto el termo se encuentra lleno el agua saldrá caliente desde el primer momento. Si el tanque se vacía habrá que volver a llenar el termo eléctrico para que pueda ofrecer agua caliente.
Las principales ventajas de los termos eléctricos son las que presentamos a continuación. En primer lugar, un termo eléctrico te permite disponer de agua caliente desde el primer momento en que abres el grifo, lo cuál te ayuda a ahorrar agua y a no desperdiciarla.
Por otro lado, es posible contar con dispositivos externos al tanque de agua que controlarán de manera eficiente la temperatura, aunque los usemos a distancia. Se trata de tanques con los que es posible controlar el autocalentamiento y el autollenado de los termos.
Además, otra de las ventajas de los termos eléctricos es que permiten programar el encendido del agua caliente para contar con ella cuando la necesitemos al llegar a casa, sin tener que esperar.
Ahora bien, como notas negativas encontramos que se trata de un tipo de tanque que siempre ocupará un espacio determinado. Así, dependiendo de cuantas personas convivan en casa podremos contar con más o con menos agua. Esto quiere decir que podremos escoger termos de mayor o de menor tamaño.
Asimismo, otra de sus desventajas es que, tal y como nos han explicado los expertos de https://cuartosdebano.top/, los calentadores de los termos eléctricos si se vacían y se quedan sin agua caliente se llenan y empiezan a calentarse, pero sin activarse hasta que el agua llegue a la temperatura adecuada, lo cual implica una espera de al menos media hora para poder disponer de agua de nuevo.
La otra alternativa son los calentadores de gas. Tal y como nos han reseñado los profesionales de portal MejoresCocinas.com, este tipo de calentadores funcionan de manera especialmente sencilla. Se trata de calentadores que en su interior incluyen diferentes fogones. A través de estos fogones es por dónde sale el gas y, tras un encendido, estas salidas se transforman en llamas.
Las llamas irán avivando su fuerza al abrir el grifo por completo y que el agua comience a correr. De esta manera, junto a los fogones pasan tuberías que llevan agua en su interior. Conforme se calientan las tuberías el agua del interior también se va calentando y va a parar a los grifos del hogar.
Es por este motivo que el agua no sale caliente desde el primer momento, sino que debemos dejar correr el agua algunos segundos hasta que los fogones calienten realmente la tubería. En este momento ya podremos contar con agua caliente ilimitada.
Entre los diferentes tipos de calentadores de gas que podemos encontrar debemos mencionar el de gas butano, un tipo de cas que viene embotellado en carcasas metálicas gruesas, el gas natural, que llegará a nuestro hogar a través de unas tuberías o el gas propano, el más potente de todos y que puede encontrarse tanto en formato botella como también a través de depósitos, siendo capaz de conseguir que suba hasta una temperatura de 44 grados. En este punto, cabe reseñar que gasta más energía que el butano y requiere de más espacio para poder ubicarlo.
De esta forma, entre las principales ventajas de los calentadores de gas encontramos los puntos que vemos a continuación. Los calentadores de gas vienen en formatos de tamaño y de tipo de gas variados, lo que se traduce en que existen diferentes tipos de gas para escoger la alternativa que mejor se vaya a adaptar a las necesidades de nuestro hogar.
Por otro lado, con un calentador de gas es posible controlar el consumo de gas en nuestro hogar. Sobre todo, si se trata de gas butano, es posible activarlo únicamente en momentos concretos en que vayamos a necesitarlo.
Del mismo modo, este sistema también te permitirá contar con agua caliente de forma ilimitada siempre que lo necesites y cuentes con suministro de gas. Ahora bien, el calentador de gas también tiene algunas desventajas a tener en cuenta a la hora de escoger la alternativa que mejor se vaya a adaptar a tus necesidades.
Por ejemplo, si hace mucho frío el consumo de gas se disparará con este tipo de calentadores. Como tiene tanta potencia, empezará a gastar mucho más. Por otro lado, con un calentador de gas el agua no saldrá caliente desde el primer momento, sino que tendremos que esperar algo de tiempo hasta que haga efecto el gas.
Finalmente, a temperaturas extremas, como por ejemplo si hace mucho frío, es posible que el gas no suba lo suficiente y podemos encontrarnos con problemas para conseguir agua caliente.