Un error en las medidas ha provocado que los nuevos trenes de cercanías y media distancia de Cantabria y Asturias tengan que esperar varios años para ser una realidad.
Renfe se ha equivocado en la medida de los gálibos y los trenes proyectados no caben en los túneles cántabros. Según Renfe, el fallo ha sido motivado por los datos publicados en la declaración sobre la red de Adif. Al detectar el fabricante el problema, se paró de inmediato el proceso de fabricación y se procedió a buscar una solución lo más rápida posible. Sin embargo, esto ha hecho que todo el proyecto se retrase dos o tres años y esto ha provocado una gran indignación en las comunidades afectadas, que piden una explicación "clara y contundente".
El secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores ha recalcado en una entrevista en 24 horas de RNE que no están satisfechos con el proceso, y se excusa afirmando: "Era la primera vez que nos enfrentábamos a comprar un tren en esta línea".
Renfe publicó el pliego para la adquisición de 31 trenes en enero de 2019 y en junio de 2020 adjudicó su fabricación a CAF. Además de éstos, el pedido incluía un segundo lote de otras seis unidades para renovar la flota de Cercedilla-Cotos en la sierra de Madrid. Una operación que suponía para CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, un montante superior a 250 millones de euros.
Tras la adjudicación, CAF informó a Renfe de que cabía la posibilidad de que la infraestructura no se ajustara a los gálibos publicados por Adif, algo que fue confirmado posteriormente.
El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes serían el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.
Aunque ninguna de las partes ha confirmado el plazo de tiempo que conllevará solventar este problema, se estima que la construcción de los trenes que todavía no se han podido fabricar se demora en torno a tres años, y todavía falta arreglar algunos trámites para que la solución pactada pueda llevarse a cabo.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha expresado su "indignación y perplejidad" por la situación y ha manifestado: "La ministra reconoce que es una chapuza y van a rodar cabezas".
Por su parte, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha anunciado este sábado "ceses inminentes" tanto en Renfe como en Adif para "asumir las responsabilidades" del error en las dimensiones de los trenes.
En declaraciones a los medios durante una visita al Ayuntamiento de Castro Urdiales (Cantabria), Sánchez ha pedido disculpas a los ciudadanos cántabros y ha señalado que este viernes mantuvo una conversación con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para compartir "su enfado y su indignación".
Además, ha aseverado que se van a tomar "todas las acciones que sean necesarias" para poder acortar el retraso en la entrega de los trenes, recordando que no están fabricados, sino en fase de diseño. La ministra espera que el diseño de estos trenes esté listo para el verano y que se pueda iniciar su fabricación de manera inmediata, aunque no hay un tiempo mínimo de fabricación.
Sánchez también ha informado de la creación un grupo de trabajo para seguir este proceso y acortar los tiempos de demora, al que ha invitado a participar tanto al Gobierno de Cantabria como al de Asturias, comunidad afectada también por este problema.