El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que la economía española creció un 5,5 % en el conjunto de 2022, aunque ha modificado el patrón de crecimiento con una aportación de la demanda nacional (consumo e inversión) superior a la inicialmente adelantada, según recoge EFE. Se confirma que la economía creció a igual ritmo que en 2021, año pospandemia, lo que supone la tasa más alta desde 1973. El valor del PIB a precios corrientes para el conjunto del año 2022 creció una décima menos de los avanzado (10 %) y se situó en 1.327.108 millones de euros, aunque medido en volumen el PIB aún está ligeramente por debajo del nivel prepandemia.
De acuerdo con los datos actualizados este viernes, la demanda nacional (consumo e inversión) contribuyó al crecimiento de 2022 con 3,1 puntos porcentuales (2,8 en el avance de enero), mientras que la demanda externa (exportaciones e importaciones) aportó 2,4 puntos (2,6 en el avance de enero). El Ministerio de Asuntos Económicos ha valorado que con este dato España está a la cabeza de los principales países de la zona euro, con un crecimiento equilibrado impulsado por el consumo y la inversión, y «un excelente comportamiento de las exportaciones», en un contexto en el que el mercado laboral ha mantenido el dinamismo.
«En un contexto internacional de enorme incertidumbre, marcado por las consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la economía española ha mantenido una gran solidez y resiliencia», añade el ministerio. En el último trimestre del año las horas trabajadas aumentaron un 2,7 % interanual, mientras que el empleo medido en contabilidad nacional creció un 2 %, lo que supuso un incremento de 386.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
Economía estancada
El INE también ha confirmado que el avance del PIB en el cuarto trimestre fue del 0,2 %, igual que el trimestre previo, sostenido en este caso por la demanda externa, tras desplomarse el consumo de los hogares (-1,8 %) y la inversión empresarial (-5,7 %). La demanda externa aportó 1,1 puntos al crecimiento trimestral, mientras que la demanda nacional restó 0,9 puntos, al contraerse el consumo de las familias, algo que no ocurría desde el primer trimestre de 2021, cuando la economía aún se recuperaba de la pandemia.
A pesar de la aportación positiva del sector exterior al crecimiento, las exportaciones también cayeron en el cuarto trimestre (1,1 %), aunque el descenso de las importaciones fue mayor (4,2 %), en línea con la contracción de la demanda interna. El empleo se desaceleró en el cuarto trimestre, con un descenso del 0,1 % de las horas trabajadas, mientras que los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo crecieron el 0,1 %.