El Consejo Interterritorial de Salud ha respaldado este viernes la retirada definitiva de la obligatoriedad de las mascarillas en centros de salud, hospitales y farmacias, por lo que acaba su uso generalizado en estos centros, pero se recomienda cuando haya síntomas de infección respiratoria. Además, se mantiene la obligación de su uso en lugares con pacientes inmunodeprimidos, quirófanos y en las UCI, donde ya se utilizaba antes de la pandemia. El ministro de Sanidad, José Miñones, lo ha consensuado con los consejeros del ramo en el Consejo Interterritorial de Salud, una reivindicación expuesta hace semanas por varias comunidades, entre ellas Madrid, que desde el mes de abril pedía eliminar la mascarilla en el interior de hospitales, farmacias y centros de día.
De esta forma, España despide más de 1.140 días de uso obligatorio de la mascarilla en algún ámbito, a la espera de que el Consejo de Ministros apruebe, previsiblemente la próxima semana, el real decreto que recogerá la nueva regulación, ya más flexible en lo relacionado a los entornos sanitarios y sociosanitarios. «Hay que hacerlo con rigor, hay que hacerlo con seriedad», aseguraba Miñones antes de tomar la decisión, para añadir que debían ser los expertos quienes marquen el proceso de retirada.
En el mes de febrero el uso de las mascarillas dejaba de ser obligatorio en los transportes públicos. Lo comunicaron la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y destacaron que con esta medida se avanzaba en la «normalización» de la vida tras haber pasado «lo peor» de la pandemia. Nos encontramos en un momento de enorme estabilización por la COVID-19 y una clara tendencia a la baja, por lo que contamos con los datos más bajos de la pandemia», señaló Darias.