La presidenta del Congreso ha reprobado «el espectáculo» y la «mala educación» en el Pleno del Congreso tras una bronca entre diputados de Vox y de Sumar en el debate de la Ley de Amnistía por la visita de Santiago Abascal a Israel para reunirse con Benjamín Netayahu tras el ataque a Rafah y el reconocimiento de Palestina.
La visita de Abascal fue criticada por el portavoz de Sumar en el debate, Gerardo Pisarello, y en su turno el presidente de Vox ha censurado las «lágrimas de cocodrilo» de la izquierda por Gaza y los insultos al presidente argentino, Javier Milei, y a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Y, aunque Abascal no había mencionado a Pisarello, este pidió la palabra por alusiones y la presidenta le concedió un minuto que el diputado de Sumar aprovechó para identificar a Vox con el neofranquismo, asegurar que no acepta lecciones de «señoritos que siempre han vivido del cuento» y que se reúnen con «el carnicero de Rafah».
Las palabras del diputado de En Comú desataron las protestas de la bancada de Vox y su dirigente José María Figaredo pidió intervenir, pero la presidenta ya no quiso prolongar más la cuestión y se lo negó. Eso desató una bronca en el hemiciclo con cruce de insultos entre diputados de Vox y de Sumar y gritos de «corrupto» y «traidor».
La presidenta tuvo que llamar al orden a varios diputados mientras seguían volando los insultos y el portavoz socialista no podía empezar su discurso. «Intentemos no dar este espectáculo, que la gente no se lo merece --rogaba Armengol--. Esta mala educación no lleva a ningún sitio».
La tempestad amainó en el hemiciclo y el socialista Artemi Rallo pudo empezar a hablar, y en sus primeros minutos llamó «neofascistas» y «filonazis» a los diputados de Vox, lo que desató nuevas protestas, pero ya el Pleno continuó.