Este verano mi hijo decidió sorprendernos, a mi amiga Pilar y a mí, con un plan que no esperábamos. Nos incluyó en la lista VIP de un famoso Beachclub ibicenco. ¡Qué detallazo mi vida! ¡Gracias! Llegamos justo para ver la puesta de sol, apenas un par de personas acomodándose en las camas balinesas, y el DJ probando los altavoces con los primeros ritmos suaves. Nos instalamos en primera fila, disfrutando del privilegio de tener la música para nosotras. Pero, como todo buen plan, el ambiente no tardó en transformarse. A medida que la música subía de volumen, el lugar empezó a llenarse, casi sin darnos cuenta. Y ahí fue cuando comenzamos a notar algo curioso: las mujeres que entraban rondaban la cuarentena, radiantes, llenas de estilo y confianza, mientras que los hombres... ¡vaya sorpresa!, la mayoría no llegaban a los 30. Pero lo mejor estaba por llegar. De pronto, comenzamos a sentir miradas. ¡Nosotras, dos mujeres de algunos más de 50, estábamos llamando la atención! ¡Sí, esos hombres jóvenes no paraban de lanzarnos miradas! Primero pensamos que nos confundían con otras, pero no… ¡Nos estaban intentando ligar! Nos mirábamos entre risas, sin saber si sentirnos halagadas o sorprendidas. A medida que avanzaba la noche, nos dimos cuenta de algo: no era solo cuestión de edad, sino de actitud. Estábamos radiantes, con energía, y eso se notaba. El chute de autoestima que recibimos fue increíble. Al volver a casa, no pude dejar de pensar. ¿Cómo es posible que, en una sociedad que a menudo nos dice que en la menopausia «se acaba todo», que ya no somos atractivas, que no hay lugar para el deseo o el sexo, y que estamos «viejas», nosotras, mujeres postmenopáusicas, estuviéramos comiéndonos el mundo pasados los 50? La respuesta es simple: porque nosotras habíamos hecho los deberes. Habíamos llegado a esa etapa de la vida con una base sólida, física y mental, que nos permitía seguir disfrutando. Y eso, queridas, no sucede por casualidad, si quieres llegar a los 50 disfrutando de esa confianza, energía y salud, debes empezar a cuidarte a partir de los 40. Los cambios hormonales que se avecinan, los síntomas de la menopausia, el impacto en tu cuerpo y mente, todo eso puede llegar de golpe si no te preparas. Pero, si comienzas desde ya a poner atención en tu bienestar físico, en tu salud mental, y a nutrir tu cuerpo con los micronutrientes necesarios, cuando la menopausia toque a tu puerta, estarás lista para enfrentarlo todo. Cuidarte a partir de los 40 es una inversión para tu bienestar futuro. Si empiezas a enfocarte en estos aspectos clave antes de que llegue la menopausia, estarás dando a tu cuerpo la base que necesita para enfrentar los cambios hormonales sin que se conviertan en un problema mayor. Muchas patologías que quizá ya están presentes, ya sea por herencia o por estilo de vida, se agravan con la bajada de estrógenos. Problemas como la pérdida de masa ósea, el aumento de peso o el deterioro de la salud intestinal pueden acelerarse rápidamente si no los atajas a tiempo. Por eso, estos diez años previos a la menopausia son fundamentales para tomar acción. Cuatro suplementos importantes para empezar a cuidarte a los 40
✦Magnesio: El magnesio es un mineral esencial para una gran variedad de funciones en el cuerpo, desde la salud muscular y ósea, hasta la calidad del sueño y la reducción del estrés. Sin embargo, no todos los magnesios son iguales. Es importante que te asegures de que estás tomando una combinación de todas sus sales —como el citrato, bisglicinato y malato— ya que cada una tiene propiedades distintas y beneficios específicos. Por ejemplo, el magnesio bisglicinato es excelente para calmar el sistema nervioso, mientras que el citrato ayuda con la digestión. Solo un profesional puede recomendarte la mejor combinación según tus necesidades.
✦Omega-3: Los ácidos grasos Omega-3 son vitales para reducir la inflamación, proteger tu corazón y regular el equilibrio hormonal. Pero aquí es donde muchos cometen errores. No basta con tomar cualquier suplemento de omega-3; es importante que elijas uno que esté formulado como triglicérido, ya que esta es la forma más biodisponible, es decir, la que tu cuerpo puede absorber y utilizar de manera eficiente. Además, si buscas uno de origen animal, que esté extraído de peces pequeños de aguas frías, como sardinas o anchoas, ya que contienen menos toxinas y metales pesados que los peces más grandes.
✦Probióticos: Cuidar tu microbiota es esencial para tu salud digestiva, hormonal e inmune. Los probióticos te ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias intestinales, pero, de nuevo, no todos los probióticos son iguales. Es fundamental que los que tomes cumplan con ciertos estándares de calidad: la cantidad de UFC (unidades formadoras de colonias) debe ser alta, y las cepas bacterianas deben estar bien seleccionadas y adaptadas a tus necesidades específicas.
✦Vitamina D: Aunque no lo mencionamos antes, la vitamina D es crítica para la salud ósea y el sistema inmunológico. Es fundamental que los niveles de esta vitamina sean monitoreados por un profesional, ya que tanto la deficiencia como el exceso pueden ser problemáticos. Un buen profesional sabrá qué dosis es la adecuada para ti, basándose en tus análisis de sangre y necesidades individuales. Tomar suplementos puede parecer algo sencillo, pero es crucial entender que no todos los suplementos son iguales, ni sirven de la misma forma para todas las personas. De hecho, hacerlo por tu cuenta, sin una guía profesional, puede no solo ser inefectivo, sino incluso perjudicial. Además, ya sabes que todo esto no sirve de nada si no va acompañado de una alimentación sana, mucho ejercicio, un buen descanso y la gestión de tus emociones, porque tu bienestar integral dependerá de cómo te cuides ahora. ¿Por qué me pica tanto la piel y la vulva? ¿Son Hongos? Te lo contaré en el próximo artículo… pero si tienes dudas puedes enviarme un email a hola@mariajulve.com y te ayudaré. Y recuerda: «Esta es tu oportunidad para cuidar de ti y comenzar a llenar tu hucha de salud día a día». ¡Si quieres que todo siga como a las 40, tienes que empezar a cambiar las cosas! ¡A los 40, pero también a los 50, y 60 empieza a ahorrar en salud! Será la mejor inversión de tu vida.