¿Es la felicidad un fin en sí mismo o un medio para vivir? Hace ya unos cuantos años, seis más concretamente, las Naciones Unidas invitan a celebrar este 20 de marzo el Día Internacional de la Felicidad. Coincidiendo con la fecha de inicio de la primavera la ONU reconoce con esta efeméride el importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas alrededor de todo el mundo.
Es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible lanzados en 2015 con la pretensión de paliar problemas dramáticos como la pobreza, reducir la desigualdad y proteger nuestro planeta.
Estos ámbitos, según la ONU, son los principales campos de batalla para fomentar el bienestar, el crecimiento económico inclusivo y equilibrado y la felicidad. Se trata de una de las principales «aspiraciones universales de los seres humanos», según se cita en la resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU que fue impulsada por Bután.
Este reino asiático reconoce, desde la década de los setenta, el valor de la felicidad nacional sobre los ingresos que genera el país, y prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. La cultura budista que impera en ese país marca las peculiaridades de su economía, bajo la premisa de que el verdadero desarrollo de la sociedad tiene que equilibrar el desarrollo material y espiritual.