Se aproxima el invierno y las noches de heladas y frío contundente, y en esta época conviene recordar un consejo que puede salvar vidas gatunas. Se sabe que los coches aparcados en las calles son un refugio predilecto para gatos callejeros y domésticos para resguardarse de las bajas temperaturas de la noche. A veces se cuelan en el interior del capó, o se colocan debajo del vehículo o en el hueco que queda sobre las ruedas, y el emprender la marcha por la mañana de improvisto puede provocarles daños e incluso costarles muy caro.
Por eso la Policía Nacional ha recordado en Twitter que algo tan sencillo como dar unos golpes sobre el capó, a modo de aviso, puede resultar crucial para alertar a un gato que esté descansando en el coche. De este modo, ante el ruido, se asustará y escapará. Más vale un susto matutino que perder la vida de forma accidental.
Es recomendable que el conductor espere unos segundos antes de encender el motor del coche. En alguna ocasión podría darse que un gato pequeño se quede atrapado en el interior del motor; en esa circunstancia, para advertirlo, habría que estar atento a posibles señales como maullidos de auxilio.
No conviene abrir el capó de forma brusca, pues el animal podría asustarse y atacar para defenderse. En caso de que se detecte a un gato atrapado dentro del coche y que resulte difícil extraerlo, lo mejor es llamar a una entidad protectora o bien a la Policía Local.