«Después de trabajar nuestra relación, no podemos crecer juntos como pareja en esta próxima fase de nuestras vidas». Como reza la canción ‘se rompió el amor de tanto usarlo'. El comunicado conjunto lanzado hace un par de días por los multimillonarios Bill y Melinda Gates en el que anunciaban su ruptura matrimonial ha provocado un maremoto a nivel social y empresarial de consecuencias todavía insospechadas.
No es para menos, ya que la pareja, que no firmó un acuerdo prenupcial hace 27 años, ha pactado un convenio privado sobre la división de sus bienes, guardado bajo siete llaves, del que se desconocen los detalles. El pastel a repartir es multimillonario: 130.500 millones de dólares.
Historia de un matrimonio
Bill y Melinda Gates se conocieron en Microsoft en 1987, cuando ella empezó a trabajar allí como gestora de productos, y unos meses después de que este finalizara una relación de tres años. Un año después, Gates se convirtió en el multimillonario más joven del mundo tras la salida a bolsa de su empresa.
El empresario confesó hace unos años en una entrevista a la cadena norteamericana CBS que «la conocí en una reunión de ventas en Nueva York. Solo una semana después de eso, me acerqué a ella en el aparcamiento y le pregunté si quería salir», agregó el multimillonario. Se casaron en 1994, en la isla hawaiana de Lanai.
En casi tres décadas de matrimonio han tenido tres hijos: Jennifer, de 25 años. La primogénita, graduada en Stanford, estudiante de Medicina y amazona; Rory John, de 21, por su parte, se está formando en la Duke University, una de las universidades privadas de mayor prestigio en Estados Unidos, para ser informático y economista; mientras que Phoebe, la benjamina de 18 años, es una apasionada de la danza clásica y ha estudiado en el American Ballet Theatre School y en el Lincoln Center for the Performing Arts.
Reparto de bienes
Antes del anuncio del divorcio, Bill Gates era la cuarta persona más rica del mundo. Con un patrimonio neto de 130.500 millones de dólares (unos 108.000 millones de euros), se sitúa por detrás de Bernard Arnault (155.000 millones de dólares, propietario del imperio de lujo LVMH), Elon Musk (175.000 millones, Tesla y Space X) y Jeff Bezos (203.000 millones, dirigente de Amazon), que seguirá ostentando el dudoso honor de protagonizar el divorcio más caro de la historia, tras su ruptura hace ahora dos años de Mackenzie Scott, su pareja durante 25 años.
El matrimonio Gates comparte un holding de inversión que controla empresas públicas y privadas, bienes inmuebles repartidos por todo el mundo, un jet privado, una flota de vehículos de lujo y una importantísima colección de arte. Sin olvidar su fundación filantrópica, que lleva el nombre de ambos, y que se creó para «ponerla al servicio de las personas», aseguraba la pareja en el año 2000, para crear igualdad de oportunidades para todo el mundo. En 21 años han invertido parte de su fortuna, unos 50.000 millones de dólares, en causas solidarias, así como en la investigación de enfermedades, como la polio, la malaria y, ahora, la COVID-19.
Las razones de la ruptura
Los motivos del divorcio del matrimonio Gates no se han hecho esperar. Diferentes medios estadounidenses hacen hincapié en la peculiar relación que Bill Gates mantiene aún hoy con su ex novia, Ann Winblad, una capitalista de riesgo con la que Gates mantuvo una relación sentimental en los 80, hasta unos meses antes de conocer a su mujer. Según la revista Time, el magnate de Microsoft tenía un pacto con su mujer para pasar un fin de semana al año con su vieja amiga.
Mientras que otros medios revelan que es Melinda Gates la que ha puesto a fin a 27 años de matrimonio tras comenzar una relación sentimental con el doctor Anthony Fauci, principal epidemiólogo del Gobierno estadounidense.
Por el momento se ha confirmado que Bill Gates ha traspasado esta semana a su ya ex esposa dos mil millones de dólares en acciones, como primer paso de un acuerdo de divorcio que hará correr ríos de tinta en las próximas semanas.
Los Gates y su relación con Mallorca
Será interesante conocer si este sonado divorcio afectará a los negocios del matrimonio Gates en Mallorca. Por ejemplo, a través de su holding, Cascade Investement, con el que controlan su patrimonio, poseen, entre otros negocios, el 47 % de Four Seasons Hotels and Resorts, empresa que a finales del año pasado adquirió el emblemático hotel Formentor. ¿Quién se quedará esta parte del pastel? ¿Volveremos a ver a los Gates navegando por aguas de Balears, a bordo del megayate Alfa Nero, como ha sucedido otros veranos? Si ocurre de nuevo, esta vez será por separado.