Un gallego llamado Toño Piñeiro adquirió una vivienda abandonada en una aldea de Lugo para cumplir su sueño de volver a su tierra tras vivir muchos años en Valencia. Al comenzar a restaurar la vivienda con sus propias manos, se topó con un hallazgo absolutamente inesperado.
Desde que empezó la restauración Toño fue encontrando diversas cantidades de dinero en pesetas escondido en botes de Nesquik en diferentes lugares de la casa, hasta sumar un total de nueve millones, equivalentes a unos 54.000 euros.
Lo que parecía la más feliz de las noticias, se truncó cuando Toño se percató que, desde el año pasado, el Banco de España ya no permite cambiar los billetes de pesetas. Sin embargo, sí pudo cambiar el dinero hallado en los primeros botes, una suma de cinco millones de pesetas, equivalentes a unos 30.000 euros. Todo el dinero obtenido lo ha empleado en las obras de restauración de la vivienda, que antaño perteneció a Manuel do Xentes, empleado de una antigua fábrica de cerámica y tratante de ganado que murió sin herederos directos.
Toño está convencido de que seguirá encontrando dinero en la casa: "Cada vez que vengo acabo encontrando cuartos. Igual en Navidad, cuando regresemos de Valencia a seguir con la obra, aparecen más".