La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) han pedido, en un artículo que va a ser presentado en el 24º Congreso de Patología Dual, que se celebrará en octubre, que la adicción del tabaco sea considerada y abordada, en el marco de la patología dual, como un trastorno mental. Y es que, tal y como han detallado, no es lo mismo «usar tabaco» que tener una conducta adictiva al tabaco, algo que, según todas las clasificaciones internacionales, se considera un trastorno mental.
«Se elige usar alcohol o tabaco, pero nadie elige tener un trastorno mental, que para desarrollarse depende de la existencia de vulnerabilidad neurobiológica y medioambiental previa», ha dicho el presidente de la Sociedad Española de Patología Dual y primer firmante del artículo, Nestor Szerman. Los estudios epidemiológicos indican que la mayoría de los pacientes con trastornos mentales sufre otro trastorno mental que, por regla general, suele ser otra adicción como, por ejemplo, el trastorno por uso de tabaco, una condición clínica que se incrementa en frecuencia y severidad según aumenta la gravedad del trastorno mental. No en vano, este trastorno se sitúa como la causa de mayor morbimortalidad entre la población con trastornos mentales.
«Las funciones mentales, en la salud y en la enfermedad se basan en el cerebro humano y, por tanto, es en la neurobiología donde debemos buscar las causas de esta patología dual. Las autoridades sanitarias, sin embargo, cuentan como principales interlocutores en este tema con las sociedades científicas de neumología, las cuales visualizan el problema desde el ángulo del órgano respiratorio. Es como si el trastorno por uso de alcohol fuera solo un problema hepático. Sería deseable que se tuviera en cuenta a otras sociedades que enfocan el problema del tabaco desde el comportamiento humano y la psiquiatría», ha reivindicado el experto.
Según Szerman, el tabaco vehiculiza la nicotina, una sustancia química cuyo efecto en el cerebro humano está ejercido por el sistema endógeno colinérgico-nicotínico, un sistema de señalización del cerebro que está involucrado en multitud de funciones esenciales para la supervivencia y también implicado en el funcionamiento psíquico en la salud y la enfermedad. «Este sistema es disfuncional en las personas con trastornos mentales, lo que explica la incidencia más elevada del trastorno por uso de tabaco en personas con otro trastorno mental, situación clínica que se denomina patología dual. Además, la nicotina tiene efectos sobre la vida emocional, cognitiva y conductual de los fumadores, y que más allá de la nicotina, el tabaco por sí mismo presenta un efecto antidepresivo, llamado también efecto IMAO», ha detallado Szerman.
Expertos de ambas sociedades científicas involucradas en la salud mental han hecho un esfuerzo ingente en abordar este trastorno mental olvidado, recordando que todo paciente con un trastorno mental tiene derecho a un diagnóstico de patología dual, o a identificar los otros trastornos mentales que constituyen las adicciones, de los cuales el más frecuente y nocivo es el trastorno por uso de tabaco.
Al respecto, Szerman ha lamentado que las herramientas terapéuticas existentes sean pocas, no completamente efectivas, y que casi no estén financiadas por el sistema público de salud. «Se valora este trastorno como un vicio destinado al placer y, además, se incide a la hora de abordar este problema en la 'cesación del tabaco' objetivo ideal como es lógico, pero que no debe ser el único. Además, este objetivo de 'cesación del tabaco' no responde a la realidad clínica de la mayoría de estas personas, para las cuales la alternativa de la reducción del consumo, los tratamientos sustitutivos con nicotina o los abordajes con una reducción de la nocividad, podrían ser mucho más oportunos y realistas tal y como ya se está demostrando en otros países», ha zanjado.