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Medicamentos que nunca debes combinar

Cualquier fármaco puede tener efectos secundarios por sí solo, mezclado con otro puede llegar a ser letal

Estos son los medicamentos que nunca debes combinar. | Reuters

| Palma |

Quien más quien menos se ha automedicado alguna vez en la vida, ya sea para tratar un dolor de cabeza o para lidiar con los efectos de un molesto resfriado. Según datos de la Agencia Europea de Medicamentos, una de cuatro personas ha combinado alguna vez fármacos sin pedir consejo a su médico o a su farmacéutico, un error que puede tener consecuencias inesperadas en la salud del que lo hace. Pero, atentos, más problema acarrea el automedicarse con antidepresivos, analgésicos o relajantes musculares.

No hay duda. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios. Si no existe ninguna alergia al medicamento los efectos pueden ser leves o casi no son percibidos por el paciente. Sin embargo, existen combinaciones de diferentes fármacos que pueden llegar a ser mortales para una persona si los consume sin supervisión médica. Estos son las combinaciones que nunca hay que tomar y sus consecuencias más peligrosas.

Antibióticos con anticonceptivos

Un 30 % de la población toma antibióticos por cuenta propia, siempre es un grave error. Los de amplio espectro., por ejemplo, llegan a reducir la eficacia de los anticonceptivos orales.

Relajantes musculares y ansiolíticos

La ansiedad o la depresión llevan aparejadas muchas veces contracturas musculares, por eso es probable que se sigan tratamientos con ansiolíticos y, puntualmente, se mezclen con relajantes musculares o con analgésicos opioides, que son más fuertes que el ibuprofeno. Podrían exponer al paciente a un efecto potenciador que comprometiera su salud, llegando a provocar problemas respiratorios.

Antiepilépticos y antifúngicos

Combinar ambos tratamientos puede ocasionar la degradación del antiepiléptico en el hígado, lo que podría conllevar alteraciones mentales.

Anticoagulantes y aspirina

Ambos fármacos afectan a la coagulación de la sangre. El primero inhibe la producción de factores de coagulación mientras que la aspirina también afecta a la capacidad de coagular de la sangre, combinados pueden llegar a provocar hemorragias severas en el que los consume sin control.

Betabloqueantes e insulina

Los primeros se usan en el tratamiento para personas que han sufrido un infarto de miocardio y sirve para controlar la presión arterial; pero si se combina con la insulina, potencia la hipoglucemia, lo que podría ser mortal para una persona con diabetes.

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