Muchas comunidades de vecinos están en la ruina tras sufrir el ‘timo del ascensor'. Por ejemplo, unos 50 vecinos de Gijón pagaron cerca de 8.000 euros para instalar en su finca un ascensor que nunca llegó.
Entre los damnificados se encuentran personas mayores y de movilidad reducida, que incluso han tenido que pedir un préstamo para hacer frente a la derrama, que ahora se encuentran sin ascensor y con el agujero del mismo en el medio del edificio.
Cuando la empresa recibió el dinero dejó de atender llamadas y responder correos. Salir de casa se ha convertido en una odisea para estos vecinos que deben esquivar escombros y una gran cantidad de peligros para llegar al portal.