Funcionarios ‘fantasma', así se conoce a aquellos funcionarios conocidos por no haber ido a trabajar durante un espacio prolongado de precio y que han seguido cobrando su sueldo religiosamente. Este jueves eleconomista.es recoge tres historias dignas de mención.
La primera es la historia de Joaquín García, un ingeniero ya jubilado que no se presentó a su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Cádiz entre 2004 y 2010. El pastel se descubrió cuano fue nominado para recibir un premio por «trabajar» durante 20 años en el Consistorio. García había llegado a ser director de Medioambiente y se le impuso por su absentismo laboral una multa de 27.000 euros. El funcionario se justificó diciendo que se trataba de un casa de ‘mobbing' que le causó tal estrés que necesitó «medicamentos» y «ayuda psiquiátrica».
El segundo caso es el de Carles Recio, quien fue despedido en agosto de 2017 por la Diputación de Valencia tras haber estado 10 años cobrando como jefe de la Unidad de Actuación Bibliográfica aunque no hay registros de su actividad, según denunció el Mundo en su momento.
El tercer caso que ejemplifica este ‘modus operandi' es el de Salvatore Scumace, un funcionario del hospital Pugliese Ciaccio de Catanzaro, Calabria, Italia, que fue denunciado por la BBC. Las ivestigaciones apuntaron que Scumace dejó de ir a trabajar durante 15 años e igualmente cobró 538.000 euros.