Si tienes una buena idea comercial y has establecido una start-up para ponerla en práctica, no deberías conformarte con el alcance limitado de una pequeña empresa. Las compañías de mayor volumen son capaces de administrar mejor sus costos de producción y rentabilizar sus gastos administrativos, con lo que tarde o temprano podrán ofrecer lo mismo que tú, a un menor precio. El conformismo, entonces, no es una opción.
Es indispensable adoptar las medidas adecuadas para escalar el volumen de tu empresa hasta poder aprovechar todas las ventajas que te ofrece este mayor alcance empresarial. Si el enfoque de tu start-up está teniendo el éxito a pequeña escala, ¡imagina lo que podrías lograr si crecieras lo suficiente! Escalar una empresa no es una tarea sencilla, pero es realmente asumible con una buena organización y un buen ojo para las finanzas.
Una gestión inteligente de la financiación
Comencemos por esta última parte. La manera en que administras el dinero de tu empresa es fundamental, porque la escalabilidad implica un aumento en el gasto antes de poder recibir los beneficios de esa inversión. A grandes rasgos, debes elegir hasta qué punto quieres comprometerte con un crédito bancario para aumentar el alcance de tu compañía, y hasta qué punto quieres utilizar tu propio capital.
Tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos se ha incentivado históricamente la adopción del sistema bancario para resolver cualquier necesidad financiera. Sin embargo, esto se traduce en continuas crisis de deuda, y el contexto financiero es todavía más arriesgado en 2024, cuando los tipos de interés del BCE se mantienen por encima del 4%. Te conviene entonces moderar tu acceso al sistema crediticio, y solo recurrir a él si es indispensable.
Redistribución de las tareas y escalabilidad
Un uso moderado de las herramientas de financiación externas para que tu empresa sea menos vulnerable a los imprevistos económicos, pero, si no queremos depender de la financiación bancaria, debemos buscar la manera de reducir nuestros costos y optimizar la productividad de nuestra start-up. La reorganización de los flujos de trabajo ha demostrado ser una de las mejores herramientas en este aspecto.
Con un software de gestión de proyectos basado en el sistema Kanban –que ha sido clave en el éxito de Toyota– podemos tener un mayor control sobre las tareas que desempeña nuestro personal. La redistribución de tareas para garantizar que todos los recursos de nuestra empresa están siendo aprovechados al 100% se puede traducir en un gran ahorro, y ese dinero extra podemos emplearlo en la expansión de nuestra compañía.
Un sano equilibrio entre tu propio personal y la contratación de freelancers
Durante el proceso de reorganización de las tareas de nuestra empresa nos conviene encontrar un punto de equilibrio entre la contratación de personal interno y los servicios ofrecidos por otras empresas o por trabajadores autónomos. Esta última opción es particularmente interesante porque nos permite un trato más cercano con el autónomo, y, al mismo tiempo, deja abierta la puerta a una futura contratación permanente.
La proporción correcta entre el personal interno y externo de una empresa varía en función de múltiples factores. Cada compañía es distinta, pero encontrar el punto de equilibrio correcto para tu start-up puede abrirte las puertas del éxito. Además, la flexibilidad que te dan estos sistemas mixtos es ideal para poder escalar las operaciones de tu start-up sin asumir excesivos riesgos, adaptándote siempre a las demandas del mercado.
La internacionalización a tu alcance
La contratación de personal externo también nos abre las puertas de la internacionalización de nuestra compañía. Aunque hace unos años resultaba algo casi impensable, hoy en día podemos contratar fácilmente a especialistas que trabajan desde diferentes países gracias a las ventajas del empleo remoto, cubriendo un sinfín de tareas que pueden realizarse de manera descentralizada. El ahorro que puede derivarse de esto es extraordinario.
Además, del mismo modo que podemos acceder al talento de otros países también podemos trabajar con sus distintos mercados, sobre todo si ofrecemos servicios digitales o si tenemos la posibilidad de exportar nuestros productos. Las características específicas de nuestra empresa nos marcarán el camino, pero lo que está claro es que ya no tenemos por qué limitarnos a lo que tiene para ofrecernos el mercado nacional.