Vivieron el susto de su vida. Ocurrió el pasado 5 de noviembre en un bote que navegaba por aguas de la costa de Whitianga, en Nueva Zelanda. Un enorme tiburón blanco quedó enganchado en un sedal y pocos segundos después saltó volando del agua para impactar contra la cubierta del barco ante la atónita mirada de los pasajeros.
El capitán, Ryan Churches declaró al New Zealand Herald: «Les dije a los clientes: 'Si salta al bote, apártense'. Da la casualidad de que unos 30 segundos después saltó sobre el bote. Fue una locura. Todos estábamos mirando y cambió de dirección repentinamente... simplemente y nos asustamos mucho».
El tiburón, que medía unos tres metros de largo y pesaba unos 150 kilos, pasó alrededor de dos minutos dando vueltas en la proa del barco.
Los tiburones blancos habitan en aguas templadas en todo el mundo, pueden llegar a medir hasta cuatro metros de largo y están considerados en peligro de extinción. Es habitual que salten fuera del agua cuando se enganchan en un sedal, para tratar de escapar.