Durante una procesión del Viernes Santo en Baena (Córdoba), se vivió un pequeño accidente que afectó directamente a la cruz que portaba el paso. En el momento en que el paso descendía por una calle, la altura hizo que la cruz que llevaba la figura de Jesús chocara con un cable del sistema eléctrico.
El contacto provocó que la cruz cayera al suelo, sorprendiendo a los nazarenos y deteniendo la procesión. Las autoridades locales confirmaron que la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una talla barroca original del siglo XVIII, no sufrió daños. Sin embargo, la cruz de madera que cayó, aunque más nueva y menos valiosa, recibió un importante impacto al tocar el suelo. Este incidente ocurrió durante el regreso al templo de la hermandad de Nazarenos, que se apresuraba debido al riesgo de lluvia