La próxima generación de santos comienza aquí. Carlo Acutis, conocido como "el influencer de Dios", es el primer millenial que será canonizado por la Santa Sede tras atribuirle el papa Francisco un segundo milagro póstumo.
Carlo Acutis nació en 1991 y murió en 2006 con apenas quince años de edad a causa de una leucemia del tipo M3, tres días después de ser diagnosticado. Durante aquellos años se dedicó a crear una página web en la que recopilaría apariciones marianas y hasta 136 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia Católica, aportando explicaciones y fotografías.
El portal web dotó al italiano de mucha fama entre usuarios de todo el mundo por su gran trabajo de recolección y sus aptitudes formativas e informadoras. Lo que publicó se ha llegado a materializar y presentar en varias exposiciones internacionales.
Acutis es recordado con cariño por la comunidad cristiana, especialmente más joven, desde el momento de su repentina muerte. El papa Francisco le declaró venerable en julio de 2018 e inició su proceso de beatificación en 2020 tras el primer milagro que se le atribuye. En febrero de ese año, un niño brasileño se curó de forma "inexplicable" de su páncreas anular al tocar la reliquia de Acutis, que reposa en Italia.
Sin embargo, para iniciar el proceso de canonización es necesario haber realizado dos milagros. "El influencer de Dios" volvería a curar de manera póstuma a una cristiana dos años más tarde.
Una joven costarricense de 21 años sufrió un grave accidente en 2022 en el que casi fallece, quedando gravemente afectada. Su familia, ante el atroz diagnóstico de los médicos, decidió encomendarse a Carlo Acutis, a quien dedicaros sus plegarias.
Miembros de la familia se desplazaron hasta la tumba del joven beato para así depositar un escrito en el que explicaban lo que le había ocurrido a la joven. Ese mismo día, la costarricense volvió a respirar por sí misma e inició el proceso de recuperación de la movilidad de las extremidades.
La Santa Sede considera este el segundo milagro de Acutis, por lo que el joven informático se convertirá en el primer santo millenial.