El Parlament ya ha iniciado la tramitación en ponencia de la ecotasa. Lo ocurrido en la ponencia es más propio de una película de Berlanga que de un Parlament serio como se supone que debería serlo el nuestro. La noticia se produce en el momento en que Podemos decidió votar en contra de sus propias enmiendas para que no fuesen aprobadas con los votos de PP y PI. El diputado podemita que defendía las enmiendas pidió, posteriormente, que sus propuestas siguiesen vivas hasta el final de la tramitación, lo que debió provocar no pocas risas del resto de diputados. Este episodio se produjo el día antes de que el Govern acudiese a Berlín para promocionar Balears como destino turístico.
Lamentable. Desde el primer momento hemos criticado la aprobación, de nuevo, de la ecotasa. La primera experiencia fue un fracaso total y absoluto y el sector turístico, que ha tirado del carro estos años durante la grave crisis que ha vivido Balears, no tiene que exponerse a experimentos que, como el aprobado por el primer Pacte, no funcionaron. Sin embargo, la nueva experiencia puede acabar peor que la primera. O, al menos, la tramitación está siendo mucho más accidentada que la primera versión. Que un partido como Podemos tenga que votar en contra de sus propias enmiendas ya demuestra el nivel de nuestros diputados. Atrás quedan las reivindicaciones de Aitor Morrás, diputado de Podemos por Eivissa, para que a las Pitiüses le corresponda una parte importante del pastel de la recaudación. El tiempo ha puesto las cosas en su sitio, pero la imagen que se está dando no es la que merece un sector turístico puntero en el mundo.
Teorías. La esperpéntica tramitación de la ecotasa demuestra cómo los políticos siguen usando la palabrería sin ningún tipo de base intelectual y por pura ideología, sin tener conocimiento del tema que tratan, y lo peor es que cualquier medida que aprueban puede tener (esperemos que no) consecuencias graves en nuestra economía. Todavía están a tiempo. Retiren la ecotasa y no sigan haciendo el ridículo en el Parlament. Lo que se está viendo en estos últimos meses no lo recuerdan ni los más viejos del lugar.