Finalizado el plazo de inscripción en el censo del impuesto de turismo sostenible, más conocido como ecotasa, un total de 11.985 establecimientos se han dado de alta para presentar la correspondiente liquidación de este tributo. Cabe señalar que esta cifra es sólo una parte de la oferta global de alojamientos turísticos en Balears, que ya figuraba inscrita en la Conselleria de Turisme. Ahora queda por incorporar un importante paquete de alojamiento vacacional, cuya regulación está todavía pendiente del correspondiente reglamento técnico que debe permitir su regulación; tarea en la que está implicado todo el equipo de Turisme que dirige Biel Barceló. No es ésta la única cuestión pendiente con esta nueva figura tributaria: todavía no se sabe a qué se destinará su recaudación.
Un impuesto finalista. Sólo durante este ejercicio, el Govern tiene previsto ingresar alrededor de 50 millones de euros con la ecotasa, cuya liquidación oscila entre los 0,25 y los 2 euros diarios en función del tipo y categoría del alojamiento. La recaudación es importante y, por el momento, sólo se ha logrado acordar la distribución territorial. Queda por resolver qué iniciativas –siempre vinculadas al sector turístico– serán las que obtendrán la ansiada financiación. Se ha puesto en marcha todo el mecanismo recaudatorio antes de fijar para qué. Y es que esta cuestión se aventura como uno de las más delicadas de la aplicación del tributo que grava las pernoctaciones turísticas en Balears.
Despejar incógnitas. Es mucha la credibilidad que el Govern del Pacte ha puesto en juego con la aplicación del impuesto de turismo sostenible; por ello es importante que se despejen cuanto antes las diferentes dudas que tiene planteadas. La regulación de toda una oferta vacacional extrahotelera, que ahora trabaja al amparo de la Ley de Arrendamientos Urbanos, y determinar con precisión el destino final de los fondos obtenidos a través de la nueva ecotasa son cuestiones a resolver lo antes posible.