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EDITORIAL

Casas para emergencia social sin urgencia

| Eivissa |

El Ayuntamiento de Vila tiene tres pisos en Dalt Vila que teóricamente deben destinarse a emergencia social. Llevan así un año y el gobierno municipal alega que están vacíos porque el trámite es muy farragoso. En pleno debate sobre la falta de vivienda sorprende que el Ayuntamiento de Vila pueda permitirse el lujo de no disponer de unos pisos que ayudarían mucho a familias que no tienen donde alojarse. Estos tres pisos forman parte de un edificio de ocho viviendas construido en la legislatura de Lurdes Costa. Cinco de ellos están gestionados por el Ibavi y el contrato finaliza en 2018. Si estos son los pisos para emergencias sociales, no queremos ni imaginarnos como se tramitan los demás. La excusa de que se está pendiente de informes jurídicos parece muy endeble, sobre todo porque los inmuebles están vacíos desde hace un año. Nada más y nada menos.

Más celeridad. Lo mínimo que se podría exigir a la administración es que actúe con celeridad ante los problemas que tienen los ciudadanos. A nadie se le escapa que el problema de la vivienda está generando grandes conflictos. Basta echar un vistazo a las redes sociales para entender que la situación es de emergencia. De poco sirven protestas y manifestaciones si los gobernantes que tienen la posibilidad de asignar pisos de emergencia social no actúan con rapidez. De poco sirve tampoco una oficina del Ibavi si no hay pisos que ofrecer a los ciudadanos. Y de poco sirve un departamento de vivienda en el Consell si no hay competencias para ejercerla. Por lo tanto, estamos entrando en una esquizofrenia política difícil de entender. Los que sí tienen pisos necesitan un año para asignar los inmuebles y siguen discutiendo sobre el proceso jurídico. Estaría bien que el alcalde se reuniese con sus servicios jurídicos y les informe que hay muchas personas que no saben donde vivir y que buscan una casa en Vila, pero en lugar de ello nuestros políticos, todos sin excepción, prefieren utilizar el asunto de la vivienda como arma arrojadiza y sin aportar luz a los ciudadanos. Un drama.

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