Los dirigentes de Podemos comparecieron hace unos días en rueda de prensa para elogiar el nuevo decreto ley de pisos turísticos que, según ellos, va a resolver la situación de la vivienda en Ibiza. Al prohibir los pisos turísticos en edificios plurifamiliares se solventará, dicen, la falta de vivienda y será posible acceder a un alquiler digno y con un precio razonable. Olvidan los dirigentes de Podemos que con la actual ley, conocida como ‘ley Delgado', ya estaban prohibidos los alquileres en fincas plurifamiliares.
La historia.
Sorprende mucho que los dirigentes de Podemos salgan con tanta euforia a presentar un decreto ley que nace como consecuencia, precisamente, de su irresponsabilidad cuando hace dos semanas se tramitó la ley de pisos turísticos. El propio conseller de Turisme, Biel Barceló, calificó el texto aprobado como ‘ley Frankestein'. Reconoció que la ley no servía para nada. De ahí nace el decreto ley, que es un parche hasta que se apruebe una ley. Es importante subrayar este punto. Pero Podemos está eufórico porque, dicen, se ha asumido la urgencia habitacional de Ibiza. Seguimos sin saber qué significa este concepto, cómo se concretará y, lo más importante, cuándo comenzará a dar sus frutos.
Solo palabras.
Es razonable pensar que este decreto ley, así como el nuevo concepto de ‘emergencia habitacional', son solo palabras. ¿Cómo se evitará la comercialización de los pisos? ¿Habrá más inspectores o solo algunos encuestadores? ¿Pueden los vecinos denunciar los pisos que alojen vecinos? ¿Tendrá el Consell un horario de apertura al público más flexible para denunciar? ¿Funcionará el correo electrónico para presentar reclamaciones? Lo dicho: de momento, solo palabras. Seguimos siendo escépticos.