El Ayuntamiento de Sant Antoni está viviendo una grave crisis política. Primero Pablo Valdés y después Pep Tur ‘Cires' han suprimido las competencias de Juanjo Ferrer, del PI al frente de Urbanismo y Actividades Clasificadas. Se trata de un decreto de avocación de competencias, un decreto extraordinario e inusual en la administración municipal. Existen otros sistemas para cubrir vacaciones como son los decretos de sustitución, pero a Juanjo Ferrer se le usurparon las competencias. El edil del PI se enfrentó verbalmente a Pablo Valdés y Aída Alcaraz a principios de mes por el tema de las terrazas, y ha sido ninguneado en el gobierno de Sant Antoni.
El futuro del tripartito. Con la más que probable dimisión de Juanjo Ferrer del gobierno de Sant Antoni (ahora mismo no tiene ni competencias) la situación del gobierno municipal se antoja bastante compleja. Este periódico desvela en su edición de hoy que Juanjo Ferrer es partidario de presentar una moción de censura y que quiere convencer a sus compañeros del partido para impulsarla. Será en los próximos días cuando los tres concejales se reunirán y tomarán una decisión al respecto. La posible moción de censura necesitaría inevitablemente al PP, que está a la expectativa de lo que ocurre en el tripartito de Sant Antoni. Sin el PP la moción no podría ni presentarse. La otra posibilidad es que Ferrer salga del Ayuntamiento y que entre el siguiente de la lista del PI, lo que también sería una constatación del grave error que cometieron los regionalistas al pactar con los radicales de Reinicia.
Problemas y más problemas. La legislatura del tripartito se vendió como una oportunidad de cambiar las cosas en Sant Antoni tras muchos años de gobierno del PP. Sin embargo, dos años después Sant Antoni solo da señales de vida gracias a las controversias del gobierno, las salidas de tono de los concejales de Reinicia, los conflictos con una parte de la Policía Local, y ahora con los feriantes. Los ciudadanos tienen motivos para estar hartos. Los concejales no dejan de meterse en líos y se les está acabando el crédito. Lo ocurrido con Juanjo Ferrer confirma que gobernar desde la radicalidad y el enfrentamiento nunca funciona.