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Editorial

El Parador de Dalt Vila, una inversión necesaria

El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, reclamó ayer en la World Travel Market de Londres que el Gobierno dedique una partida presupuestaria en 2018 para reanudar las obras en el Castillo de Ibiza y convertir este espacio abandonado desde hace muchas décadas en un Parador Nacional. Las obras de remodelación de este recinto tan importante en la historia de nuestra isla se paralizaron en 2011 después de que se encontraran restos arqueológicos que impedían el desarrollo del proyecto inicial y obligaban a replantearlo. La crisis económica y las estrecheces por las que pasaban las arcas de la administración central detuvieron todas las inversiones en Paradores y el proyecto quedó en punto muerto.

Nuevo proyecto. El pasado año Turespaña resolvió el concurso de ideas que había convocado para terminar con el 40% de las obras que todavía quedan por realizar en el Castillo, resultando ganador el proyecto ‘De piedra seca' de los arquitectos Ramón Andrada, Ignacio Lliso y Julián Manzano-Monis. A pesar de que hace más de año y medio que el jurado formado por el Ayuntamiento de Eivissa, el Consell, Turespaña y los colegios de arquitectos de Balears y Madrid anunció su veredicto, el proyecto todavía está empantanado en los despachos de la máxima institución insular, cuya Comisión Insular de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Histórico–Artístico (Ciotupha) aún debe dar su visto bueno.

Dalt Vila mejorará. El Gobierno debería atender las peticiones que le llegan desde la isla de Ibiza en relación al futuro Parador y asignar una partida importante en su próximo presupuesto para que las obras puedan reanudarse lo antes posible. La puesta en marcha de este establecimiento hotelero de máxima categoría supondrá un espaldarazo a la zona de Dalt Vila, donde cada vez hay menos movimiento de gente y vecinos a pesar de tener los principales monumentos y espacios culturales de la ciudad.

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