Distintos padres y madres de alumnos del colegio público Guillem de Montgrí en Sant Antoni de Portmany, han reaccionado críticamente y protestando ante los planes del Ayuntamiento de construir un crematorio en los próximos meses. Los progenitores que se oponen a este proyecto recuerdan que en la zona hay dos colegios de primaria y una guardería, además del complejo deportivo Can Coix, así como un parque infantil y zonas de juego. Por ello, dicen, debería presentarse un informe de impacto ambiental para determinar si dicho crematorio puede construirse tan cerca de los centros educativos y deportivos.
Preocupación de las familias.
Las familias sostienen que existen muchos estudios que han demostrado que los crematorios son perjudiciales para la salud, y lamentan que el Ayuntamiento no haya aportado la suficiente información para tranquilizar a la población. Se refieren a informes independientes y firmados por entidades solventes. Sin embargo, los padres y madres son pesimistas y dan por hecho que el gobierno municipal ya ha tomado la decisión de poner en marcha el crematorio. Los temores pueden ser injustificados, pero con la falta de información que tienen parecen lógicos y nada descabellados.
No está justificado.
Los padres y madres tienen motivos para estar preocupados. Desconocen los efectos de este crematorio, sus consecuencias, y si puede perjudicar a los colegios vecinos. Tampoco parece muy lógico proyectar unas instalaciones de estas características tan cerca de centros educativos y deportivos, pero por encima de todo parece un proyecto innecesario en Ibiza, donde ya existe el crematorio de Santa Eulària. ¿Hace falta un crematorio cuando hay uno disponible a apenas 20 kilómetros? No es ni necesario ni razonable. Pero lo que tampoco es razonable es que un Ayuntamiento que presume de diálogo, de hacer las cosas de otra manera, no haya tenido la más mínima deferencia y explicara los detalles a los padres. O, al menos, tranquilizarles. Esta forma de proceder no augura nada bueno para el equipo de gobierno y es previsible que este asunto, si no se reconduce, sea motivo de crispación vecinal.