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Editorial

Cas Serres parece tercermundista

No hay forma de que el Hospital Residencia Asistida Cas Serres, que gestiona el Consell d'Eivissa, salga de la polémica. Hoy publicamos unas imágenes del mobiliario y del propio estado de las instalaciones que avergonzarían a cualquier responsable político que estuviera al cargo de dicho centro sanitario. Son una absoluta vergüenza y pretender que una persona enferma ocupe unas dependencias que cualquiera con un mínimo de sentido común consideraría que debieran estar clausuradas, son un insulto a los pacientes y a sus familiares.

Carencias de todo tipo.
Hacen muy bien los familiares en denunciar el caso y en hacerlo público por todos los medios a su alcance, pues de lo contrario todo seguirá como hasta ahora, que es lo mismo que decir peor a cada día que pasa. Superada la polémica de la catalogación hospitalaria con las promesas de rigor, el centro continúa escaso de personal para atender a los internos y con unas instalaciones tan deficientes que solo se pueden catalogar de tercermundistas.

Los pacientes no merecen esto.
La consellera insular Lydia Jurado debe dar explicaciones por este caso. Y por supuesto debe procurar una solución a una paciente y a unos familiares que no están dispuestos a aceptar la vejación de ver ingresada a su abuela de 92 años, en un muy precario estado de salud, en una habitación considerada de hospital pero que ni el más cutre hostal o pensión de toda Ibiza se atrevería a ofrecer a nadie. Los pacientes de Cas Serres no merecen esto. Ni tampoco los profesionales que allí trabajan en tan deplorable entorno. Las promesas deben dar paso los hechos. Y si una habitación no reúne las condiciones necesarias, no debe ingresarse allí a nadie.

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