Los presidentes autonómicos insisten en la aplicación de planes territoriales específicos de desconfinamiento, según las peculiaridades de cada región, pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reitera que será la Administración central quien fijará las «reglas comunes» que todas las comunidades deberán cumplir en la desescalada tras el severo aislamiento domiciliario por la pandemia. El Ministerio de Sanidad definirá hoy los criterios que serán aprobados mañana por el Consejo de Ministros. Quienes cumplan los requisitos exigidos por el Gobierno podrán abrir y reanudar la actividad, pero con numerosas restricciones. Porque el desconfinamiento se hará de forma «gradual, asimétrica y coordinada», lo que significa que se prolongará con diferentes etapas en mayo y probablemente «hasta junio», según ha afirmado Sánchez.
Persiste el desconocimiento.
El Govern, que ya entregó al Ministerio de Sanidad una propuesta para la desescalada en Balears, reclama -como manifestó ayer la presidenta Francina Armengol- «un margen de decisión propia de las autonomías para regular la ejecución del desconfinamiento»; y apoya que se lleve con criterios epidemilógicos y territoriales. Pero las exigencias del Gobierno -capacidad de las UCI, equipamientos médicos y diagnóstico de sintomáticos- tienen distinta interpretación si se refieren al conjunto de Balears o se analizan por cada una de las islas. Una vez más, persiste el desconocimiento sobre requisitos, calendarios, formatos y nuevas medidas.
Evitar rebrotes.
En un contexto de extraordinario gravedad por la doble emergencia -sanitaria y económica- es preciso evitar las improvisaciones. Las decisiones que se adopten no pueden abrir nuevas incertidumbres y han de aportar garantías. Concretamente, evitar una segunda oleada de coronavirus en Baleares como ya ha advertido el doctor Antoni Nicolau, jefe del servicio de Epidemiología de la Conselleria de Salut, algo que sería muy perjudicial para las Islas.