Ya ha empezado la cuenta atrás para inves-tir al nuevo presidente de la Generalitat. El PSC-PSOE, que ha sido la formación más votada,empatada en número de diputados con ERC, insta a los republicanos a apoyar la investidura del exministro Salvador Illa, pero Esquerra descarta a los socialistas, «los dos partidos más antagónicos de Cataluña», en el palabras del presidente condenado Oriol Junqueras, y anuncia que quiere formar gobierno «cuanto antes, mejor» con Junts per Catalunya, la CUP y los comunes. Su objetivo es forjar un acuerdo soberanista aprovechando que las fuerzas independentistas sumarán mayoría de escaños en el Parlament. Esta mayoría se incrementa gracias al avance de la CUP. El soberanismo ha superado el 50 por ciento de los sufragios, lo que abre las puertas a un gobierno de este signo.
Etapa de diálogo y negociación.
El documento suscrito en la recta final de la campaña por los cinco partidos independentistas para rechazar su participación en un ejecutivo con el PSC aleja otro tripartito formado por ERC, socialistas y comunes. Cuando Cs y PP se han hundido –sólo suman nueve diputados– y Vox irrumpe con 11, un Govern soberanista situará a Illa, el hombre de Pedro Sánchez en Cataluña, como líder de la oposición. Queda por ver si la nueva composición del Govern abre un nuevo escenario para que, desde Barcelona y Madrid, arranque una eficaz etapa de diálogo y negociación, todo ello sin descartar otra convocatoria electoral ante la imposibilidad de formar gobierno, máxime cuando el objetivo de los secesionistas era aplazar los comicios para desactivar el efecto Illa.
Pasar página de una vez.
De forma claramente intencionada, el secesionismo está ocultando la baja participación de las pasadas elecciones (un 53,5 % frente al 79 % de 2017) porque ha logrado superar al bloque contrario a la independencia. A pesar de que se trata de victoria pírrica, que los independentistas la aprovechen infiere el ánimo de continuar su desafío al Estado y persistan en el error de focalizar la política catalana en una independencia imposible en lugar de pasar página de una vez.