El interés de las grandes navieras extranjeras por el mercado del transporte marítimo de Baleares supondrá un cambio radical con respecto al escenario de las últimas décadas. La competencia provocará no sólo una mejora de la conectividad con la Península –tanto para pasajeros como mercancías– sino también un descenso en los precios. El efecto más inmediato, muy importante en los tiempos actuales, de la nueva coyuntura será un descenso en los precios del transporte marítimo –se estima que será en torno al 25 por ciento–; un elemento determinante para evaluar los costes de la insularidad y, en consecuencia, mejorar la competitividad de nuestras empresas.
Reclamo internacional.
La remodelación del sector ha abierto la puerta a las grandes navieras internacional con intereses en el Mediterráneo, todas ellas de la Unión Europea. El tráfico marítimo de Baleares es ahora un polo de interés habida cuenta de que, coincidiendo con el fin de la pandemia, todos los indicadores apunta hacia una reactivación de la economía. El inicio de la temporada turística es, también, una garantía del aumento de la demanda interna de mercancías al que, aunque de manera temporal, habrá que añadir el de pasajeros. Las navieras ofrecen servicios más rápidos y confortables, tanto en las conexiones con la Península como las intersinsulares; una red mucho más completa de la que siempre se beneficia el usuario.
Estabilizar la oferta.
La satisfacción inicial expresada desde el Govern por los efectos de la súbita competencia entre las navieras no debe ocultar el peligro que supone que se esté ante una situación coyuntural, un espejismo de efectos muy limitados. La estrategia debe ser tratar de consolidar este descenso en los precios del transporte marítimo, un alivio para las empresas y consumidores de Baleares que puede ser el peldaño para el impulso económico que se necesita.