El senador autonómico por Baleares, el presidente del PP de Ibiza, José Vicente Marí Bosó, logró ayer una gran victoria política con la aprobación de la toma en consideración de la Proposición de Ley del Régimen Fiscal Especial de las Islas Baleares en el Senado. Por contra, el PSOE obtuvo una rotunda derrota, quedó en evidencia y la sensibilidad histórica de la que hicieron gala la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la presidenta Francina Armengol en la firma de Randa, en entredicho, ya que fue el único partido que votó en contra de la tramitación de los beneficios fiscales para las empresas de las islas, una decisión muy difícil de justificar ante la ciudadanía de estas islas. Máxime, cuando Marí Bosó, en una hábil operación, calcó el texto, salvo dos artículos, que en 2019 pactaron Francina Armengol y Pedro Sánchez.
El PSOE se queda solo.
Ha resultado clave en el resultado de la votación de ayer el papel del otro senador autonómico por Baleares, Vicenç Vidal, de Més per Mallorca, ya que, además de votar a favor, trabajó para que también apoyaran la iniciativa del PP senadores con los que comparte el Grupo Parlamentario Izquierda Confederal del que, además es portavoz (Adelante Andalucía, Más Madrid, Compromís, Geroa Bai y Agrupación Socialista Gomera) y de ERC. El PNV, Bildu y Junts per Catalunya se abstuvieron, algo difícil de entender.
Ridículo socialista.
La negativa de Francina Armengol, de visita ayer en Ibiza, del secretario general de la FSE, Josep Marí Ribas, y de la senadora por Ibiza y Formentera, Patricia Abascal, a dar explicaciones ayer al voto contrario de los socialistas habla por sí sola del bochorno con el que el socialismo balear ha aceptado el voto en contra de unos beneficios a los que las empresas de Baleares tienen derecho y, además, necesitan para poder competir en igualdad de condiciones con las de la Península. Los socialistas tendrán en el Congreso la oportunidad de enmendar el error histórico de ayer.