La orden de ofensiva total dada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, confirma su voluntad expansionista sobre Ucrania. El ataque militar que hoy cumple 72 horas confirma el fracaso del bloque occidental con sus medidas económicas, su anuncio no ha modificado ni un ápice los planes anexionistas del Kremlin en la zona. El despliegue de las tropas rusas -muy avanzadas tecnológicamente- ha desbordado las fuerzas ucranianas, las cuales tratan de contener en las ciudades el imparable avance de los invasores; la resistencia adquiere tintes heroicos en las actuales circunstancias. Así parece entenderlo el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que se niega a entregar el poder y llama a la resistencia de la población civil.
El engaño a EEUU, la UE y la OTAN.
Putin se ha burlado de los Estados Unidos, de la Unión Europea y de la OTAN, consciente de que en ningún caso podrían entrar en un conflicto directo por razones políticas -Ucrania no forma parte de la OTAN-, pero también porque en ningún caso las sociedades occidentales están dispuestas a asumir el coste en víctimas mortales de un enfrentamiento bélico. Las sanciones económicas contra Rusia previstas apenas harán mella, al menos a corto plazo, en la economía de un país con enormes reservas de materias primas que, además, cuenta con una mayoría de ciudadanos que comparte las ínfulas anexionistas de sus dirigentes.
La respuesta humanitaria.
Ante el evidente abandono de Occidente, a cuyo bloque aspira incorporarse Ucrania, ya sólo queda la opción de una respuesta adecuada al aluvión de refugiados que se agolpan en las fronteras huyendo de la guerra y cuyo número puede alcanzar la cifra de cinco millones de personas. Las imágenes dan el testimonio de situaciones desgarradoras que no se conocían en Europa desde el conflicto de la antigua Yugoslavia. Sólo queda confiar que en este terreno los países occidentales no decepcionarán al pueblo ucraniano.