Ya son dos legislaturas con Rafa Ruiz al frente de la alcaldía de la ciudad de Ibiza y la limpieza sigue siendo uno de sus puntos débiles y a mejorar. La sensación generalizada en la ciudadanía es que falta limpieza en cualquier barrio, sumado indudablemente a una gran falta de civismo que se acrecienta a medida que se acerca la temporada y que, por tanto, aumenta la población flotante y el turismo que visita la isla. Sin embargo, esto no es excusa para no redoblar los esfuerzos e intentar mantener la ciudad lo más limpia posible.
Capital de la isla
En el año 2019, el Parlament aprobó la ley de capitalidad de Vila, mediante la cual se reconoce oficialmente que la ciudad de Ibiza es la capital de la isla entera ya que es donde se concentra la sede judicial, el único hospital público de Ibiza y el puerto, entre otros aspectos. Este reconocimiento implica que el Ayuntamiento recibe unos fondos anuales del Govern y del Consell para determinados proyectos. Más allá de aspectos técnicos y económicos existe también la responsabilidad asociada a ser la ciudad más importante de la isla y, por tanto, debería ofrecer una buena imagen tanto para residentes como para turistas, algo que con la falta de limpieza, por ejemplo, no se está dando.
Autocrítica
El pleno del pasado mes de abril aprobó una modificación del contrato de limpieza y recogida de residuos que permitía ampliar el horario de limpieza por las tardes, contratar a más personal y adquirir nuevas máquinas. En este sentido, se aumentaba en el personal con 22 operarios más para el barrido manual. Unas mejoras que, sin embargo, no se están percibiendo por la ciudadanía ya que las quejas continúan. Vila tiene que reflexionar y hacer autocrítica, escuchar las quejas de sus vecinos y exigir a la empresa Valoriza, concesionaria del servicio de limpieza, lo que por contrato está estipulado.