Periódico de Ibiza y Formentera ha destapado en una investigación los vínculos que unen al socialista Alfonso Molina con la empresa Nascor Formación, adjudicataria de un contrato por parte del Ayuntamiento de Ibiza y, a la vez, contratante de la secretaria general de las Juventudes Socialistas, Azahara Peña. Investigado por presuntos delitos de corrupción en el caso Eivissa Crea y obligado a devolver 27.000 euros de subvenciones cobradas indebidamente al SOIB, Molina tuvo que dimitir en mayo de 2018 al estallar el escándalo de las ayudas de la conselleria dirigida por Iago Negueruela, también desvelado por este rotativo. Su sombra planea ahora sobre el contrato entre Vila y Nascor Formación, con Peña como nexo.
La sombra de Molina
El alcalde Rafa Ruiz ha obligado a los ibicencos a aceptar como algo normal que Molina fuera nombrado delegado de Citelum, la compañía adjudicataria del servicio de alumbrado público de Vila. Intentó previamente contratarlo en el Consistorio en calidad de coordinador y no pudo por el rechazo rotundo de Unidas Podemos. Un partido que con Aitor Morrás a la cabeza ahora sí justifica el escandaloso contrato con Nascor Formación y que, desde 2020, ha evitado mencionar la puerta giratoria a través de la cual se recolocó al otrora todopoderoso primer teniente de alcalde.
La defensa de Ruiz
Con una triple crisis enfrente, los ciudadanos necesitan una Administración transparente, leal, efectiva y honesta. Algo que parece no existir en Can Botino. La encendida defensa de Ruiz sobre Molina hace saltar las alarmas. ¿Sigue siendo el ex primer teniente de alcalde quien mueve los hilos del Gobierno municipal? ¿Es Molina quien decide qué se hace en el Ayuntamiento con el dinero de todos los ciudadanos? ¿Por qué el alcalde defiende a alguien a quien la evidencia sitúa una vez más en el centro del escándalo? Estas y otras preguntas son las que tendría que responder el primer edil en lugar de intentar matar al mensajero.