La instalación de placas solares ha tenido, en los últimos años, un incremento exponencial en Balears gracias a la combinación de diversos factores como son las ayudas públicas, el incremento de los precios de la energía y, de manera muy especial, la eficiencia tecnológica lograda. El consumidor medio acepta aquellos cambios tecnológicos en los que no se produce una merma en las prestaciones con respecto a los medios tradicionales, en este caso para la obtención de energía eléctrica. Lo ocurrido con las placas solares, un fenómeno que también se registra en otras autonomías, debería asumirse como estrategia de futuro en la incentivación de la llamada transición energética.
El factor tecnológico y el precio.
Cabe señalar que en esta fase de promoción de las placas solares como medio de captación de energía eléctrica se han producido cambios importantes con respecto a la situación de años atrás, los cuales se centran en el enorme salto tecnológico obtenido en la eficiencia de este tipo de instalaciones, el cual puede considerarse espectacular. Con menos placas es posible obtener una producción de electricidad muy superior, del mismo modo ocurre con la capacidad de almacenamiento de las pilas; la autosuficiencia energética indovidual es una realidad a unos costes razonables.
Implicación de las eléctricas.
Hay que celebrar, también, el compromiso de las empresas eléctricas en el fomento de las placas solares individuales al facilitar su instalación y ofrecer fórmulas razonables para compensar a los usuarios que vierten a la red los kilowatios que no consumen –circunstancia muy común en las Islas–. La lucha contra el cambio climático también requiere del compromiso individual, pero éste se generaliza cuando se genera el marco adecuado; como ha ocurrido con las placas solares. Lo importante es que las instituciones tomen nota para acelerar la transición energética.