Hasta dos batallones de tanques Leopard se ha comprometido el Gobierno alemán a enviar a Ucrania, ayuda que se suma a la de otros países europeos, liderados por Polonia, que asimismo harán llegar a las tropas ucranianas material bélico para enfrentarse al Ejército ruso. España también aportará carros de combate en el marco de la OTAN. Estados Unidos, por su parte, también enviará 31 blindados Abrams para frenar la ofensiva de Putin con la que quiere recuperar el terreno perdido frente a Zelenski sobre el campo de batalla. El gesto supone la confirmación de que el bloque occidental sigue firme en su apoyo a Ucrania en su guerra contra el expansionismo ruso en la zona.
Aumenta la tensión.
El gesto de los países occidentales, que también genera controversia interna como queda patente en la propia Alemania, supone un incremento de la escalada en la confrontación bélica que vive Ucrania. Resulta indudable que el Kremlin tratará de acentuar su ofensiva sobre la población ucraniana ante de que lleguen los refuerzos comprometidos, una escalada que supone prolongar el conflicto y sus trágicas consecuencias. Sin embargo, el mensaje que se manda a Moscú es claro: no se va a retroceder frente a Vladímir Putin. Las dudas del canciller alemán, Olaf Scholz, se han disipado en las últimas semanas a pesar del riesgo político que asume personalmente.
Polémica española.
La ayuda militar española acordada por el Gobierno ha puesto de manifiesto las divergencias internas sobre esta cuestión. Desde Unidas Podemos se critica la decisión alegando el recrudecimiento de la guerra que genera mientras reitera su apuesta por la vía diplomática. Resulta obvio que España no puede quedar al margen de la estrategia occidental ante la invasión y ataque contra Ucrania, además de que la iniciativa para el fin de las hostilidades debe partir de Rusia, responsable de la invasión y la vulneración del Derecho Internacional.