La elección del diputado de Vox Gabriel Le Senne como nuevo presidente del Parlament es un signo inequívoco del acercamiento entre el partido ultraconservador y el PP balear, la primera consecuencia del preacuerdo programático entre ambas formaciones. La investidura de Marga Prohens y la configuración del próximo Govern marcarán el grado de estabilidad institucional en el inicio de la legislatura, el principal objetivo de la lider popular que sigue defendiendo un gobierno en minoría a pesar de la presión constante de la dirección estatal de Vox. En este pulso político cabe destacar la reacción de la candidata del PP a presidir la Junta de Extremadura, María Guardiola, que acepta la posibilidad de nuevas elecciones antes que dar consejerías a la extrema derecha.
Comentarios polémicos
La designación de Le Senne como presidente del Parlament ha provocado una amplia polémica social y política a raíz de algunos de sus comentarios en las redes sociales, además de su posición personal como negacionista del cambio climático o contrario a la vacunación durante la pandemia de la COVID-19, entre otras. El apoyo obtenido del PP para llegar al cargo y el ejercicio de responsabilidad que conlleva cabe suponer que impondrán la necesaria sensatez, presidir el Parlament requiere importantes dosis de ecuanimidad; una exigencia que no puede dejar de lado en ningún momento Gabriel Le Senne a partir de ahora.
Días decisivos
Las próximas jornadas serán determinantes para conocer el precio que pondrán PP y Vox en el cumplimiento de sus exigencias, esas posiciones que se consideran baluartes innegociables de cara a sus respectivos electorados. Con el condicionante de las elecciones generales del 23-J, los dos partidos no sólo ponen en juego sus intereses autonómicos; también influyen los de ámbito estatal. Un escenario que complica la solución definitiva.