Vecinos y comerciantes cercanos al torrente de sa Llavanera llevan años reclamando soluciones a los vertidos fecales que emanan de la depuradora de Ibiza, obsoleta y sobrepasada desde hace muchos años. El problema de vertidos en este torrente es tal que se han producido incluso sin producirse lluvias, si bien es preciso destacar que el problema se agrava cuando llueve. El último episodio de lluvias de la semana pasada sacó de nuevo a relucir los efluvios fecales ante el cansancio y hastío de vecinos y comerciantes de la zona.
Depuradora obsoleta
La actual depuradora de Ibiza incumple todos los parámetros mínimos impuestos por la Unión Europea en lo que a la depuración de agua se refiere. El cuarto informe anual sobre saneamiento y depuración en las Baleares, elaborado por Abaqua, pone de manifiesto, además, que es la que peor funciona de Baleares, lo cual significa que es la que peor trata la depuración de aguas de las Islas. En paralelo, la nueva depuradora de Ibiza, ubicada en sa Coma, empezó a construirse en 2017, se han parado al menos en dos ocasiones (una de ellas por un cambio en el trazado y la segunda por la aparición de restos arqueológicos) y, en teoría, la obra civil está acabada y lo único que faltaría es la interconexión y puesta en marcha, algo previsto para el año que viene. Con la puesta en marcha de la nueva depuradora, en teoría quedarían solventados los vertidos en sa Llavanera.
Conscientes
El alcalde de Vila, Rafa Triguero; el conseller balear de Medio Ambiente y Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, y el concejal de Medio Ambiente de Vila abordaron el problema de los vertidos en sa Llavanera en la reunión que mantuvieron la semana pasada. Ambas administraciones son conscientes de la magnitud del problema, pero mientras llega la solución definitiva que será la nueva depuradora deben extremar el mantenimiento de la actual y limpieza de la zona cada vez que se producen vertidos fecales para así reducir las molestias en el día a día de los vecinos y comerciantes de la zona.