La princesa Leonor cumplió este martes 18 años y juró la Constitución española en un acto solemne que simboliza la continuidad de la monarquía borbónica. Su padre, el rey Felipe, le impuso en el Palacio Real el Collar de la Orden de Carlos III, el monarca austero y discreto que reinó durante parte del siglo XVIII. «Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. En este día tan importante –que voy a recordar siempre con emoción– les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en el futuro de nuestra nación, en el futuro de España», afirmó la futura reina.
Un acto con acento mallorquín
La presidenta del Congreso, la mallorquina Francina Armengol, leyó un discurso en el que aludió a una España «plural, abierta y europea» y citó en catalán al poeta valenciano Vicent Andrés Estellés. La máxima responsable de la Cámara Baja, antes de la jura de la Carta Magna por parte de la Princesa, incidió en esa pluralidad nacional –«un país cohesionado, respetuoso, consciente y orgulloso de su diversidad. Un país abierto y próspero»– y también citó a otros autores en gallego y euskera, reivindicando la diversidad lingüística. La presidenta, en su discurso de perfil social, aludió también a los inmigrantes y a la igualdad de género.
Un momento delicado
La jura de la princesa Leonor, de la que se ausentaron diversas formaciones nacionalistas e independentistas, ha llegado en un momento políticamente delicado. Se negocia una amnistía y la crispación ha alcanzado niveles atómicos. Los reprobables escándalos que ha protagonizado Juan Carlos I, el rey emérito, a lo largo de los últimos años fueron un duro golpe para la Familia Real y el propio futuro de la monarquía parlamentaria. En este sentido es justo reconocer la labor –y las decisiones que ha adoptado– de Felipe VI. Sin duda, ha modernizado la monarquía y su papel actual es apreciado por una buena parte de los españoles.