El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, acudió a felicitar a Sánchez tras la votación que le permite ser investido presidente del Gobierno durante los próximos años. En el momento de felicitarle le dijo: «Esto es una equivocación, serás responsables de lo que has hecho». No hay que ser un pitoniso en política para saber que la legislatura puede ser muy complicada desde el aspecto político, pero también en el ámbito judicial. En primer lugar habrá que saber si la ley de amnistía que ha planteado el Gobierno en contra de lo que dijo antes de las elecciones es inconstitucional. Y después habrá que estar muy pendientes de las nuevas exigencias que plantearán los independentistas en el futuro, como ya quedó claro en la intervención de la portavoz de Junts durante el debate de investidura.
No valía la pena
No hace falta discutir que Pedro Sánchez es un presidente legítimo porque ha conseguido los votos necesarios para continuar en la Moncloa, pero ¿a qué precio? La amnistía plantea serias dudas constitucionales, como dicen jueces, fiscales, el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, pero además supone crear graves diferencias territoriales. ¿No hubiese sido mejor convocar nuevas elecciones en lugar de acudir a negociar la investidura con un prófugo como Puigdemont? Parece que hubiera sido lo más sensato.
El papel del rey Felipe VI
La elección de Sánchez fue comunicada por Armengol al rey Felipe VI, quien mostraba un semblante muy serio que no pasó desapercibido. Realmente hay motivos para que el monarca esté preocupado. En primer lugar porque Sánchez ha vuelto a dar alas a los independentistas catalanes tras aceptar una amnistía que él mismo consideraba inconstitucional no hace muchos meses, pero Felipe VI sabe que este tipo de situaciones suelen pagarse muy caras en política. Ahora piden la amnistía y pronto pedirán el referéndum de independencia. Lo peor es que la Constitución no permite a Felipe VI ningún margen de actuación.