Es de suponer que hasta el propio Llorenç Córdoba y la única persona que le apoya en el Consell de Formentera son conscientes de que se está alargando la agonía innecesariamente. El último capítulo de Córdoba no tiene desperdicio al acusar al Govern de Prohens de engañar a los ciudadanos de Formentera al prometer cambios en los deslindes de la isla cuando no tiene competencias para hacerlo. Sería una buena excusa si esta promesa no la hubiese hecho también el propio Córdoba durante la campaña electoral. Con sus declaraciones del martes se puede llegar a la conclusión de que, o bien mentía igual que Prohens, o posiblemente desconocía de lo que hablaba, lo cual es bastante lamentable. Con el tema de los delindes, por cierto, va en la misma línea de la denuncia que ha realizado el PSOE en el Parlament. Demasiadas casualidades.
Una cortina de humo
Escuchar las últimas declaraciones de Córdoba deberían preocupar bastante a los ciudadanos de Formentera. Sus palabras son una simple cortina de humo para ganar tiempo sin ningún tipo de credibilidad. Hacer creer que el PP quiere forzar su dimisión por los delindes es, simplemente, intentar tomar el pelo a los ciudadanos que le pagan el sueldo. Desde hace meses el gran conflicto que mantenían Córdoba y el PP era el de los sobresueldos. Nada más. El presidente del Consell ha dedicado gran parte de su tiempo a intentar mejorar sus ingresos porque, según dice, pierde dinero cada vez que va a Palma. Con unos ingresos que se acercan a los 90.000 euros al año apenas puede pagar los taxis que utiliza una vez a la semana, señala.
Ausencias en el Parlament
También es cuestionable que Córdoba no acuda al Parlament cuando se están tramitando los Presupuestos del próximo año. Para defender tanto los intereses de Formentera quizás sería conveniente que acudiese a la Cámara a intentar negociar mejoras para la isla y aprovechar la situación de inestabilidad que tiene el Govern por la falta de apoyo de Vox. Cobrar sin trabajar tampoco es demasiado ejemplar.