Hace unos días se conocía el impactante caso de una brutal agresión registrada en un colegio de Inca, que se ha saldado con un alumno de 16 años detenido y otros dos adolescentes hospitalizados. Uno de ellos presentaba un coágulo en la cabeza y hablaba de forma inconexa y el otro sufrió un derrame en un ojo con posibilidad de pérdida parcial de visión. La dirección del centro docente, cuya directora fue la que denunció los hechos ante la Guardia Civil, actuó con celeridad y expulsó al estudiante agresor, al que han invitado a que no regrese al colegio. El problema es que no se trata de un hecho aislado y en los últimos meses se han registrado otros incidentes similares en institutos de la Isla. En octubre trascendió el vídeo de un menor humillado y golpeado en un colegio de Alaró y poco antes una familia irrumpió en un instituto de Palma para dar una paliza a un menor. Una cámara grabó la secuencia.
Demasiados casos
Solo son dos ejemplos recientes, pero hay muchos más. Esta circunstancia nos lleva a una pregunta: ¿Por qué se producen tantos casos de violencia entre alumnos? Los expertos apuntan a que las redes sociales fomentan y, en muchos casos, normalizan comportamientos que en realidad son violentos y, en consecuencia, del todo reprobables. Estos vídeos que en ocasiones se convierten en virales circulan entre adolescentes con total impunidad y los propios menores llegan a considerarlos como normales.
Entorno familiar
No se trata, en cualquier caso, de la única causa de este aumento de la violencia infantil. La Guardia Civil y la Policía Nacional apuntan a que el entorno familiar debe ser el primero que condene estas conductas para que los hijos entiendan que la violencia no puede justificarse bajo ningún concepto. Los expertos también explican que algunos de estos menores conflictivos se amparan en su edad para cometer fechorías, creyéndose impunes ante la ley.