La grave crisis del gobierno del Consell de Formentera ha provocado que desde la patronal CAEB reclamen la intervención de la presidenta del PP balear, Marga Prohens. Al vicepresidente de la patronal, José Antonio Roselló, le «apena, sorprende y alarma» la situación tras la ruptura de Sa Unió con Llorenç Córdoba y plantea la necesidad de que partido y presidente trabajen juntos. «Deben empezar de cero», ha manifestado Roselló. A todo el vodevil político e institucional vivido hasta el momento se suma la inminente dimisión de la jefa de gabinete de Córdoba, Ana Mateos, cuya renuncia tiene previsto presentar este mismo viernes.
La peticción
CAEB, a través de su vicepresidente, sugiere que Marga Prohens intervenga en la crisis de Formentera. Roselló plantea que la presidenta del Govern intente mediar para que ambas partes puedan volver a colaborar en pro de los intereses generales frente a los particulares. Roselló considera que Prohens tiene «empatía, capacidad innata de iniciativa y autoridad para un golpe de timón». Asimismo, la patronal muestra una preocupación lógica porque la crisis política que se vive en la actualidad puede provocar una inacción de gestión, pero quizás falla en el diagnóstico al creer que es posible un entendimiento entre los consellers de Sa Unió y Llorenç Córdoba. La situación ha llegado a tal punto que una reconciliación parece realmente imposible.
Inacción de Prohens
Pero sí es sorprendente que Marga Prohens no haga ni el más mínimo movimiento para intentar buscar una salida a la crisis política de Formentera. A Prohens solo le preocupa que Córdoba no falle en las votaciones del Parlament sin inquietarle lo que está ocurriendo en Formentera, si bien es más que probable que la crisis actual tenga consecuencias en el futuro para el PP. Si Prohens quiere que el diputado de Formentera siga siendo de centro derecha ha elegido el camino equivocado. Si todo sigue igual los populares pueden tardar muchos años en volver a gobernar en el Consell de Formentera y sin sumar los votos para lograr el diputado de la isla. No hacer nada no suele ser nunca una buena opción y ese es el camino que ha elegido Prohens, como si la crisis de Formentera no fuese con ella. Permanecer más de tres años sin actuar no será nada fácil.