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Una nueva etapa para alcanzar consensos políticos

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PP y PSOE firmaron hace apenas unos días la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, un órgano que había superado desde hace cinco años el plazo para ser modificado. Lo importante no es tanto el reparto de los consejeros (diez para cada uno de los dos grandes partidos) sino que todos ellos tienen un perfil más técnico que político. El objetivo es que este organismo no esté politizado, como ocurre con la Fiscalía Anticorrupción o el Tribunal Constitucional por culpa de un Sánchez que no tiene ningún escrúpulo a la hora de buscar el apoyo externo desde las principales instituciones del Estado. El acuerdo se produce tras más de cinco años de rupturas y acuerdos que no llegaban a cerrarse. Incluso desde la Comisión Europea apremiaban a los partidos a renovar dicho órgano, que decide los nombramientos de jueces en el Tribunal Supremo y los tribunales superiores.

Un buen paso.

Tras muchos meses de alta tensión política, es un hecho relevante que PP y PSOE se hayan puesto de acuerdo, seguramente por la presión de la Unión Europea, donde no conviene olvidar que ambas formaciones políticas son socios. Es de esperar que la tensión a partir de ahora se rebaje y que los principales partidos puedan alcanzar acuerdos que beneficien a los ciudadanos, en lugar de mantener polémicas estériles y que ensucian la vida política nacional.

Los peligros.

Ahora bien, habrá que estar muy pendientes de que este nuevo clima político pueda tener continuidad porque es previsible que los socios de gobierno de Sánchez reaccionen negativamente ante la nueva alianza del PSOE con el PP. Todo puede ocurrir a partir de ahora. La prueba de fuego será la negociación del sistema de financiación, que en ningún caso se puede hacer con la mirada puesta en Cataluña. Este sistema debe ser equitativo y justo, y en ningún caso debe servir para apuntalar a Salvador Illa en la Generalitat. Si este es el nuevo camino los ciudadanos pueden alegrarse, pero hay muchos riesgos que deben tenerse en cuenta. El primero es el historial de Sánchez, capaz de todo para seguir en el poder.

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