Cuando Sánchez asumió el poder en 2018 una de sus grandes promesas era derogar la calificada como la ley mordaza aprobada por el Gobierno de Rajoy. Los socialistas, y la izquierda en general, aseguraban que la ley coartaba los derechos de los ciudadanos y por ello había que derogarla. Casi seis años después, la ley mordaza sigue vigente tal y como se aprobó y ni siquiera ha habido un mero intento de derogarla o cambiarla. Ahora, en cambio, Sánchez y sus socios apoyan la regulación de los medios para controlar lo que la izquierda considera bulos, sobre todo aquellos que afectan a la esposa del presidente del Gobierno.
La ley mordaza.
Durante los últimos seis años apenas se ha escuchado a los dirigentes socialistas acordarse de la ley mordaza que tan dañina era para los ciudadanos cuando Rajoy era presidente del Gobierno. Nadie ha vuelto a hablar del tema, a pesar de que la ley, decían, era un ataque a la libertad de los españoles. En cambio, los bulos sí son ahora una preocupación vital hasta el punto de anunciar una ley para regular a los medios que se aprobará en los próximos meses. Pese a haber instrumentos legales para obligar a los medios de información a rectificar noticias erróneas o falsas, Sánchez busca ahora dar un paso más en un peligroso ejercicio en contra de la libertad de prensa.
Sobre bulos.
A propósito de bulos, sorprende que el PSOE sí aproveche noticias falsas, como la del juez que investiga a Begoña Gómez y sus dos DNI, y en cambio muestre su indignación ante noticias contra la esposa del presidente que, en algunos casos, también eran erróneas. Hay que recordar también cuando el PSOE denunció a Núñez Feijóo por dar contratos a su esposa, algo que se demostró que no era cierto. Por lo tanto, queda claro que bulos hay en todos los ámbitos del periodismo y de la política, en la izquierda y la derecha, pero intentar controlar a los medios sí resulta un ataque intolerable a la democracia. Y sorprende el clamoroso silencio de gran parte de los colectivos de periodistas ante un intento descarado por castigar y controlar a todos aquellos medios que no siguen el guión oficial.